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martes, 10 de septiembre de 2013

A propósito de “La caja está cerrada “ de Antón Arrufat



“Uno no vive más que en su infancia el resto es costumbre, costumbre y horror”

Antón Arrufat




La caja está cerrada* esta obra publicada por editorial letras cubanas en 1984 llega a mis manos como lo hacen casi todos los libros, por azar, le encuentro en la biblioteca pública de La laguna mi proveedora habitual de lecturas, es un ejemplar de tapas blandas a dos colores, las páginas están amarillas por el paso del tiempo, para mi sorpresa el libro no había sido aún leído por nadie, infinito placer me produce ir cortando las páginas para leerlo, me abro paso con un abrecartas descubriendo el mundo que contiene.
Trata en gran medida del universo criollo, la sociedad pequeño-burguesa de Santiago de Cuba en plena segunda guerra mundial, todo visto por los ojos de un niño a punto de llegar a la adolescencia, las diferencias de clase social, el disimulo de la miseria por una clase orgullosa venida a menos, el racismo con los negros y mulatos descendientes de esclavos, la opulencia de unos y el crepúsculo social de otros, el viejo mecanismo de la vida en definitiva “el viejo mecanismo que comienza a triturarlo implacable”.
Antón Arrufat poseedor de la más fina de las ironías, y del sarcasmo más potente , gusta en ocasiones de mostrar cierta piedad o indulgencia con sus personajes que se retuercen, todos sin excepción, en un descenso hacia la nada bajo el calor infernal de Santiago, todo pasa y nada permanece para siempre.
El niño Gregorio tiene una caja de cristal donde va guardando todas las cosas que tienen un significado para él, cuidadosamente seleccionadas cada una con su propia historia y relacionadas íntimamente con su aprendizaje vital, la caja es donde guarda todos los objetos que simbolizan su transformación en un adulto pasito a pasito, asombrado del mundo y su mecanismo, callando las preguntas innecesarias por no parecer tonto a los ojos de los adultos, seleccionando las cosas que se van reclutando para la caja como si de una cápsula del tiempo se tratara (de su propio e intransferible tiempo, su paso de la infancia a la madurez).
Cada libro que leo, cada situación que vivo me remite una y otra vez a mi realidad actual, imposible no establecer paralelismos, están todos los ingredientes, la guerra, llenando los ojos de muerte en los telediarios, una casta parasitaria que vive de la explotación, del abuso, del robo y del ultraje a una gran mayoría, una burguesía cada vez más empobrecida y desconcertada.
Nada sucede aunque todo parece a punto de estallar porque “también las estrellas, en apariencia serenas, tienen sus explosiones”.
La tierra era entonces un lugar muy peligroso y hoy, a pesar de los adelantos y del tiempo que ha pasado, los es todavía más, no hemos aprendido nada.
En la caja está cerrada nada es lo que parece y cualquier intento de indagar en la verdadera naturaleza de las cosas se verá frenado por alguna puerta cerrada, el más mínimo gesto de disentimiento está condenado al ultraje y escarnio público para que no sea imitado por más gentes.
“Donde asome, nada más asome un pensamiento diferente al mayoritario, una libertad no consentida, corremos peligro tu y yo, el alcalde y hasta el mismísimo presidente de la República “ aseguraba uno de los personajes secundarios de la novela, como respuesta a algún conato de honestidad que pudiera ver en las pupilas de su lacayo político, igual que hoy, los Medios de Comunicación tienen encomendado difundir el pensamiento único, sus reglas de juego, que solo los poderosos y los corruptos pueden saltarse cuando les interesa, y criminalizar cualquier acto de rebeldía en contra del Sistema, por muy pacifico que sea.
La novela de Antón Arrufat esta llena de simbolismo, los objetos, las fotos de los antepasados, la epopeya de los negros esclavos, el sexo, todo se esconde y se respira detrás de las puertas cerradas, debajo del asfalto yacen superpuestas otras ciudades, otras civilizaciones igual de angustiadas que la nuestra.
Rogelio, el tío de Gregorio, una especie de maestro de ceremonias de la vida, le cuenta que : “Actualmente caminamos sobre ciudades y huesos y hablamos con las palabras de los muertos “
Igual que ahora, nosotros aquí caminamos sobre las ruinas de una falsa prosperidad, de un engaño colectivo, una falsa democracia, bajo nuestros pies los muertos de todas las guerras y de la más cruenta de todas, la guerra de los ricos contra los pobres, que se libra cada día delante de nuestros ojos, tratamos de seguir adelante de escapar pisando los huesos de los que van cayendo.
“Triste país, cada quien mata el árbol que puede “.


*La caja está cerrada, Antón Arrufat
Editorial letras cubana
Ciudad de la Habana, Cuba 1984

Juana Santana
                                                                                   

miércoles, 7 de noviembre de 2012

Confesiones de alguien como yo

Brotaba la sangre a borbotones, miraba aquello con asco y satisfacción, era yo y no otro quien lo hacía. Quería que fuera rápido así que busqué su cuello con la punta del cuchillo. Lo clavé pero no era suficiente, tuve que cortar como quien le corta la cabeza a un pollo, aquel gran cuchillo de cocina casi no tenía filo, fue desagradable, pero no podía parar, aquel pequeño y abominable cuerpo continuaba moviéndose. ¡Que asco! _pensé
... descarga el cuento completo
Regina Zerené

martes, 16 de octubre de 2012

Misty Blue

Me obsesiona como sacar toda esta mierda de dentro, siento la necesidad de expulsarlo de mi cuerpo, respiro hondo y pienso en escribir. Escribir me duele, doy marcha atrás y me trago la pelota de basura que tenía en la garganta. Un día tras otro, una noche tras otra las ganas de gritar. A veces canto, así las lágrimas bajan solas. Suena Misty Blue de Etta James, resuena en las paredes de mis arterias, lloro y pataleo, me arranco la piel a tiras y con ella empapelo la pared. Contemplo todo aquello como si fuera un lienzo, intentando encontrarle un sentido, mientras mi cuerpo que está sin cuero, en carne viva, espera resignado una tregua para existir. Miro a mi alrededor y siento asco de mi misma, lástima del género humano.
Nunca comprenderé que te quedaras ahí, impávido, sin ni siquiera mirarme, entendí que no te importaba y eso me dolió, aún hoy sigue doliéndome. Me quedé de pie frente a tu mesa esperando una respuesta, una palabra, cualquiera, pero ni siquiera levantaste la mirada. Hubiera preferido que me escupieras, la verdad, cualquier cosa menos tu silencio.
Decidí salir de ahí lo antes posible, ya había perdido bastante. No sé si eran más las palabras que me quedaron por decir o las que aún espero oír. No lo sé, tampoco lo sabía en ese instante, ni me importaba, sólo quería salir de tu cubículo.
Recorrí el camino inverso que me había llevado allí, sin mirar atrás, sin mirarte, queriendo obviar que ahí estabas, intentando ignorar que eras tú el que no miraba. Mejor salir pronto, ya vería más tarde lo que haría con aquel desaguisado, lo que pudiese, ni más ni menos.
Cuando llegué a casa atrapé las palabras, tanto las unas como las otras, las que no me atreví a decir y las que no llegué a escuchar, todas. Las metí en un bote con formol, por si mañana o pasado o tal vez la próxima semana queríamos hacer como que nada había ocurrido. ¡Cuan inocentes podemos llegar a ser! alargamos las esperanzas para ahorrarnos el trabajo de soltar, de tirarlas por el water. Así soy yo, no tu.
El bote de formol sigue aún en la estantería esperando que lo destapes, porque eres tú quien debería hacerlo, si quisieras, no esperes que lo haga yo por ti, es tu deuda, no la mía. Pero recuerda que incluso las deudas prescriben, porque la memoria cuando quiere no sólo es débil sino caprichosa también.
Escribir me duele, subo un poco más el volumen, cantar también me duele, ya está acabando la canción. Miro la pared, veo mi piel de gallina mientras acompaño en carne viva a Etta y me inundan las ganas de vivir, la pelota del estómago se mueve, parece que vibra…oh love! My whole world turns misty blue!.
Mi pensamientos se alejan, el formol es un líquido curioso, es extraño lo que es capaz de hacer, las palabras nadan esperando una salida al mar, es cruel lo que les hago…, y me río de mi misma.
Regina Zerené

miércoles, 8 de agosto de 2012

EL FIN DEL MUNDO ( O RAMÓN ) La creación de los inventos primarios


NOTA DEL AUTOR

Las ideas plasmadas en este libro, son como simples fotografías mentales, captadas por mis sentidos al pasar por esta época. Escondiendo denuncias sobre el deterioro del planeta, que afectan a los seres vivos, incluida la raza humana, enumerando responsabilidades y exigiendo alternativas. Aunque la advertencia quizás llega demasiado tarde, confiemos en que no.
Es un libro de concepción totalmente automática e instintiva, con premoniciones, sueños y otras visiones. Imágenes intermitentes que se mezclan en un absurdo y mágico mundo, novelesco, caótico, contradictorio, utópico y programado. …“Estos Dioses Son Unos Descarados Su Fin Último Es Destruirnos” dijo Ramón. “O quizás quieren hacer del planeta un gran campo de concentración y exterminio” dije yo...
También puede ser el muro de las lamentaciones: Un libro puede ser el lugar a donde uno va a lamentarse. Como si un poder sobrehumano nos estuviera escuchando atentamente... Al mismo tiempo, profundiza desordenadamente en el estudio teológico, político y social sobre la auto-liberación humana, como única meta a conseguir.
En conjunto es una aberración literaria, confusa y contradictoria, como queriendo reinventar la escritura Zen, pero sin renegar de lo absurdo. Descubriendo ciertos poderes mentales, practicados ya ocho mil años a. de C.
El surgimiento de sensibilidad que se avecina, causa firme regularidad mental. (Patanjali)
Un rompecabezas de historias surrealistas enlazadas con aforismos trascendentales e inquietudes intimas, formando en su conjunto un panfleto dada contestatario. Cabreándome en mi intimidad y respetando mis sentimientos, como libre expresión artística o anti-artística, según se mire, liberalizada y exenta de miedo. ¡que miedo¡
La transformación a otra forma de vida existe, por el fluir de la Naturaleza. (Patanjali) Ese es el fin último (Escribí el futuro en un rollo de papel de los antiguos teletipos).
O sea, que parece que si los Mayas tienen razón, ¿el 24 de Diciembre de este año ósea 2012 nos trasmutaremos en haces de luz?
He estado años esperando acontecimientos para poder finalizar actualizado este libro y creo que es el momento de finalizarlo, empecé en 1972 bajo la dictadura y lo doy por acabado en Enero de 2012 bajo el imperio bipartito, Nada ha cambiado en estos años. Aunque este libro debería ser interactivo, es decir que las opiniones fueran interactivas y no fijas ya que las opiniones se hacen en el presente y en un futuro no muy lejano quedan desfasadas, por eso me ha costado cuarenta años actualizar este libro y ya digo que mañana estará desfasado...
El experimento era fusionar 4 libros en 1: El Fin del Mundo, Ramón, La Familia de los Ángulos Amorosos y Los 100 aforismos de Patanjali.
Manuel García Saiz
 
NOTA DEL EDITOR
  (Jeromm)
Este escrito se irá publicando por capítulos, su autor así lo desea, además, también quiere que este capítulo primero, lo puedan leer la mayor cantidad de gente posible pues según él es posible que pronto no haya nada que leer y se acabe de forma inesperada la civilización que conocemos, por si o por no, el escrito se conserva en un pergamino especial, protegido de las posibles contingencias o cataclismos que se puedan producir, por lo menos estará ahí cuando las futuras civilizaciones, desentierren los cimientos de el populoso barrio de este artista tan previsor. Dado que el autor tiene la mala costumbre de comer, pues, ha creído conveniente que  los próximos capítulos  los ofrecerá por una modesta  cantidad,   (1 €uro).  Intentaremos publicarlos  cada quince días.
Aparte de toda la cuestión estratégica y pecuniaria, debemos decir que este escrito les resultará como mínimo sorprendente, espero que les entretenga y divierta durante su lectura y que por lo menos nos haga viajar un poco y separarnos de esta realidad que parece más catastrófica y surrealista que cualquier narración que se precie... 

viernes, 9 de marzo de 2012

El mundo de Murakami


(...Los dos se quedaron mirando de pie, delante de la taquilla de la estación de Shinjuku. Fukaeri lo miraba a la cara mientras lo agarraba de la mano. La gente pasaba apresurada alrededor de ambos. Como la corriente de un río...)
   Haruki Murakami
                                                         


Haruki Murakami ejerce sobre mi un extraño sortilegio, cuando leo uno de sus libros cualquier cosa me parece posible, empiezo a entender conceptos tan abstrusos como los gusanos del tiempo y los agujeros negros, me veo a mi misma trascendiendo más allá de la vida cotidiana donde todo está medido, pensado y delimitado genética y socialmente, desde mucho antes de que mi bisabuelo inseminara a mi bisabuela. El tiempo se dobla como un pañuelo, camino por un estanque lleno de nenúfares muy digna de tener en cuenta, puedo entrar en el fondo de un pozo retirar la escalera y no sentir ni pizca de miedo, los monstruos más peligrosos son los que habitan en nuestro pensamiento, en nuestros recuerdos y en las situaciones sin resolver que se enquistan bajo los pliegues de la memoria y acuden a asustarnos a poco que reine la oscuridad y el silencio.
Si antes no era capaz ni de alongar mi cabeza en dirección al pozo, leyendo a Murakami, me veo dentro de él como Kafka su personaje “de Kafka en la orilla”, mis manos de pronto se vuelven dúctiles o duras como el mármol en función del conflicto que toque resolver, lo mismo sucede con los sabores o los olores, Murakami nunca deja un fleco sin resolver, sus criaturas son elegantes y comen frugalmente, son limpias , parcas y enfrentan el mal, que siempre se encuentra justo debajo de la riqueza la opulencia y el éxito social, será por eso que yo quisiera vivir por siempre en una novela suya, entrar en ese minimalismo existencial donde el pensamiento preside el milagro de las cosas que suceden pero no se descuida el equilibrio de todo lo que se ve y se toca, la elegancia que adorna a cualquier personaje de Murakami en el vestir o en sus gustos intelectuales tal vez es solo su álter ego que necesita de toda esa armonía para no despegar más allá de la realidad y entrar definitivamente en ese gusano espacio tiempo que él conoce tan bien.
El mundo de Murakami tiene un orden muy similar al que tenían mis mundos creados en el espacio exacto donde me encontraba en cada momento cuando era niña, era capaz de recrear mi hábitat completo en el hueco de una escalera, en el asiento de una guagua, o en una esquina de la consulta del médico mientras esperaba, mi mente se entretenía creando un lugar para vivir, desafiando las leyes de los espacios y los volúmenes, como si yo misma fuera elástica y estuviera rodeada de objetos de la misma naturaleza.
Literariamente declaro que amo a Murakami por sobre todas las cosas.
 
                                                         Juana Santana
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sábado, 3 de marzo de 2012

Así es


El áspero aliento de la cordura acecha tras la rendija que se deja ver entre la inmanencia y la nostalgia. La pantalla en blanco y negro, los días, el sabor dormido de la felicidad.
Cavar una fosa y vomitar. Cerrar la fosa y volver a vomitar por si queda algo. Así es.
Así somos tu y yo. Yo y tu, diferentes pero iguales, como toda aquella muchedumbre que nos mira. Protagonistas desvirtuados de una vida no elegida pero sí muy bien interpretada, usamos las banderas o las barreras cuando viene al caso, el miedo nos cala los talones.
Huimos orgullosos de la imagen que devuelve el iris ajeno, por no aceptar la humillación de postrarnos ante la muerte y vanagloriarla en su eterna victoria. Besar uno a uno sus huesudos pies y aceptar la derrota. Por lo menos mientras la lozana juventud nos sonroje las mejillas, luego ya veremos.
Ella nos miraría, sólo con las cuencas, pues ojos no tiene, ni falta que le hace porque ella lo puede ver todo, como lo pueden ver todo las madres, que incluso en la distancia presienten las angustias de sus hijos, porque de ellas salimos, somos de su carne, conocen todas y cada una de nuestras esquinas. Ella nos miraría con esa desdichada compasión y prometería protegernos, siempre. Nunca nos abandonaría. Y así es.
Corremos, nos negamos a abdicar, queremos trascender. Trascender para no morir, morir obviando que de hecho, morimos desde siempre. Divertida farsa que nos priva de cavar una fosa y vomitar.
Y así somos tu y yo. Yo, tu y la muchedumbre que vemos desde aquí, perdidos entre la inmanencia, la nostalgia y ese áspero aliento que nos acecha tras la rendija. Tan diferentes y tan iguales, con los talones calados todos. Bien, ya está. Cierro esto. En breve volveré a vomitar, por si queda algo.


viernes, 17 de febrero de 2012

Lectura recomendada


Que alegría me produce leer, escuchar, este esplendido relato corto, preñado de ideas, conceptos y análisis de la realidad, intemporal, actualísima, instantánea, en que la humanidad y sus relaciones sociales, ha venido a parar, o más bien a caer estrepitosamente.
La sensible y especial mirada de su autora, sencilla en la prosa, sutilmente escogida, pero certera, contundente y profunda en su objetivo, que es capaz de penetrar y atravesar capas y capas de la realidad convencional hasta llegar al núcleo central del ser humano mismo, hasta su nauseabunda realidad de espécimen humano, rodeado y atrapado en una sociedad resueltamente egoísta, falsa e hipócrita.
Con un don y una habilidad insospechada, tremendamente poderosa, la autora nos informa, nos forma, nos estrega en la cara, lo que para ella no pasa desapercibido, lo que no podemos ocultarle. Su análisis de la realidad, donde está en juego nuestra ética, nuestra moral, nuestra honestidad, entremezclada en un casi-juego teatral de La Gran Farsa Social, queda comparada, humillada, ante unos simples insectos (para algunos repugnantes) que en su natural devenir, no nos hieren en lo más profundo de nuestras emociones o sensibilidades, simplemente siguen su camino; tal vez, por eso puedan ser más aceptables o preferibles en estos ámbitos.       
El o la protagonista claramente se niega a jugar, a pasar por la rutina diaria, por la lucha para ocultar, disfrazar, negar la verdadera realidad de lo que somos. En el mundo actual… necesitamos gente así, que se niegue a seguir al rebaño, que se sienta feliz de ser así y que nos alumbre hacia otra realidades con más peso, con más relevancia, más estimables.
Me asombra, me gratifica, ver como la autora con su perfecta disección de un instante, lo convierte en un amplio mundo donde se suceden intrépidamente innumerables hechos y acciones, y al mismo tiempo, genialmente, su persona queda inmersa dentro de su propia observación.
Tras el inicial preámbulo, magistral, pedagógico, donde el hastío que nos provoca jornada, tras jornada, el fracaso continuado en nuestra organización y casi perpetuos anhelos, la autora nos lleva al momento culminante de su relato. Tal vez no exagero si afirmo, que la autora, en una especie de conjuro nos atrapa y encadena a una realidad que nos asusta, que nos da miedo, pero de la cual, ya, más nunca, podremos escapar.
Tal vez, no hoy, no mañana, no se sabe cuándo, abriremos una puerta y sentiremos esa misma sensación extraña, que como haciendo un guiño al propio Aristóteles y su hilemorfismo entre la materia y la forma, nos atrapará incomprensiblemente.
Felicidades Regina
Gracias Regina
César Mesa


"Tras la puerta"

martes, 31 de enero de 2012

Mujeres con gafas de Luna

Portada de Fran Feo Flip
Como veníamos anunciando Mujeres con gafas de luna, última obra de Juana Santana, ha sido editada en papel por Ediciones Idea-Aguere, por lo que la podrán encontrar en las librerías a partir de hoy. Esta novela viene a completar una trilogía de la que forman parte Todos contra la pared y La suerte de la memoria.
La portada es obra de Fran Feo Flip, decir que la imagen que ven de la portada está tomada con baja resolución por lo que no se aprecia bien el  trabajo de Flip, desde mi punto de vista (tengo el libro en mis manos) una portada excelente que conecta directamente con la esencia del texto, que por otra parte se muestra desprovisto de subterfugios para enseñar directamente lo que importa, lo que la escritora quiere decir y dice... Les animo a comprar esta obra no muy extensa en su número de páginas (82) pero que encierra un corpus repleto de sensibilidades y sensaciones que nos incumben o nos han afectado a todos alguna vez...

Sinopsis:
Lucía aborda su propia madurez ayudada por la presencia inevitable de una niña que no es otra que ella misma, en un trasunto del tiempo se analiza el mundo y los cambios desde los ojos de la niña y de la mujer, tiene que despedirse de la juventud y dejar marchar a la niña. Un suceso inesperado le permite ese tránsito ineludible y le abre caminos allí donde parecía que no había nada.

Si quieres adquirirlo en formato digital, está disponible aquí 

jueves, 12 de enero de 2012

Nunca

Silencio… No era posible. Nunca.
Quería, pero nunca.
Creía saber como, aunque quizá no. Tal vez algún día, quien sabe.
En algún momento lo creyó, pero ahora se preguntaba si de verdad estuvo segura. Si alguna vez prestó atención a la desnudez frente al espejo, y siendo honesta… muy a menudo fingió mirar, mantuvo la distancia de soslayo.
La distancia, corta casi siempre, inabarcable de todos modos, es densa, muy densa y su presencia no perdona. No abandona la inercia sangrante de dolernos, doblegarnos por no poder arrancarla, placenta que ata y alimenta la existencia. 
Recordó esos juegos sobre la hierba, en la infancia fresca,  inocencia consentida, la indolencia de simplemente ser. Foto casi soñada, reconstruida en el tiempo que asfalta esta tierra infértil, ojos entreabiertos de la consciencia, que casi siempre engañan, traicionan, por no poder abrirlos más, porque de tanto esfuerzo ya hasta las manos duelen. 
Y las llagas… cómo no hablar de las llagas, esas que se instalan ahí, pesada culpa, losa, erosión del tiempo.
Buscó ayuda de un alfiler alguna vez,  pero no sirvió de nada. Llaga o cicatriz, no podemos volver sobre lo andado.
Así que, quería saber, había llegado el momento. Ahora o nunca y se desnudó por primera vez.
Hacía frío en aquella habitación, casi tanto como dentro. Pero se desnudó. Y con los ojos cerrados se acercó al espejo, despacio, a tientas, para no adelantarse, para no correr. Palpó la sábana que cubría la imagen desde siempre y tiró. Al abrir los ojos, ahí estaban ambos desnudos, espejo y ella, ella y espejo, parte de una misma cosa, deudores uno del otro, tiempo olvidado. La ventana de camino a casa.
Volvió sobre sus pasos, apretó puños y muelas y miró. Dolía el frío, pero por primera vez, miró.

                                                                                                             Regina Zerené



domingo, 18 de diciembre de 2011

Cuento


HOY ME LEVANTE DE LA CAMA COMO PUDE...

...Bueno para ser exactos no me levanté de la cama. En realidad rodé por el colchón hasta el borde mismo y una vez allí dejé caer mi cuerpo hacia el suelo, ya la alfombra amortiguaría el impacto. Una vez allí, mientras sentía el suave tacto de la lana en mi cara, pensé en cual sería la mejor manera de ponerme en pie. Decidí que lo más sencillo era ponerme primero a cuatro patas, las manos me habían quedado por debajo, así que no sería complicado, levantando ligeramente el pecho, moverlas y apoyarlas en el suelo para luego, haciendo fuerza, elevar el tronco. A esas alturas ya estaría la mitad del trabajo hecho, sólo tendría que doblar una pierna hasta apoyar la rodilla, para luego hacer la misma operación con la otra. Ahí tan sólo me quedaría, con un suave balanceo hacia atrás, apoyar la planta de los pies, estirar las piernas, y ya me habría levantado. Pero había olvidado considerar un detalle que sin duda, modificaría la secuencia de los movimientos planeados. La sábana había quedado atrapada entre mis piernas. A la altura de los pies una bola blanca amenazaba con complicarme las cosas. Y de repente sonó el teléfono. Por supuesto no pensaba cogerlo pero hoy debía estar temprano en la oficina, así que podría ser Ana. Cuando dejó de sonar, y decidí que debía olvidar temporalmente lo de levantarme y concentrarme en sacar una mano de debajo del cuerpo, para alzarla hasta el teléfono y así poder descolgarlo la próxima vez que llamaran, apretar el botón del altavoz y resignarme a hablar desde allí. Así que eso hice cuando volvió a sonar y efectivamente escuché la voz de Ana.
-Oye
-Sí Ana, grité yo
-Oye que no te oigo
-¡Anaa!
-Ahora mejor
-¡diiime!
-¿Que haces ahí todavía?
Miré el reloj y eran ya las 9 y 20. Hice mis cálculos.
-Lo siento pero me ha surgido un imprevisto, no llego a tiempo.
-¿Que?
-Que noo llegoo a tiempoo
-Ya, ya te oí, pero es que me parece increíble que me lo digas ahora.
-Te lo digoo ahoora porque es ahora cuando puedo decírtelooo
-¿No me ibas a llamar para avisarme?
-Pues… ahoora mismo noo
-Ah no? Pues luego no me llames para decirme que quieres trabajar.
-Lo sientoo, es que tengo un problemaa, no me da tiempoo.
-Sí, pero no me vuelvas a llamar para decirme que quieres trabajar.

Así que soy una mujer con suerte, perdí mi empleo y hoy pude disfrutar durante todo el día del tacto de la alfombra.
Regina Zerené

imagen original en:
http://perversasubalternidad.tumblr.com

lunes, 28 de noviembre de 2011

Tras la puerta



Regina Zerené: artista polifacética, música, cantante y escritora, nos regala un cuento suyo que es como una vuelta a la literatura, disciplina en la que destaca desde muy joven, y que sin embargo en los últimos tiempos la había dejado en un segundo plano dándole cause, o matando el gusanillo, la necesidad de escribir, a través de las letras de sus canciones; que es otra forma de literatura, más urgente y concisa.
Hoy tenemos la suerte de contar con este cuento que nos regala generosamente y que significa su vuelta al viejo vicio de escudriñar la realidad y contarla con su estilo particular, sin esa perentoriedad de las canciones, esta colaboración en el loquinario es solo el principio, desde este momento estaremos muy atentos a su producción.

La Candelaria de Adeje

                                                                                                  Fernando Herráiz Sánchez.                 ...

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