viernes, 6 de julio de 2012

Esperando a Hitler

Los subterráneos de la montaña de El Púlpito
(Premio Rumeu de Armas  de Investigación Histórica 2013)

Con esta entrega Fernandeo Herráiz nos cuenta una historia olvidada, pero olvidada a posta, da luz a unos acontecimientos que han estado vedados al público hasta ahora. En su labor de investigador Herráiz nos desvela la ingratitud del régimen anterior y la impunidad de sus gerifaltes y compinches, sirva esto de homenaje a todos aquellos que perdieron la esperanza, la razón y en muchos casos, demasiados, la vida.                (Jeromm)

    En Noviembre de 1940 Adolf Hitler afirmó que “...hay que poner antiaéreos en los aeródromos de Canarias y hay que llevar  allí  los  stukas,  es  la  única  manera  de  alejar definitivamente las islas de las escuadras enemigas” En esta fecha el  Führer no solo era el amo de Europa. Sus seguidores  y  buena  parte  de  sus  enemigos  le  atribuían capacidades estratégico-militares rayanas en lo mesiánico. La incorporación al Reich de Austria y los Sudetes, las guerras relámpagos  de  Polonia,  Checoslovaquia,  Dinamarca, Noruega,  Bélgica,  Holanda...,  y sobre  todo la  sensacional ocupación  de  Francia  parecían  confirmarlo.  Hoy sabemos que las fricciones con el  generalato de la Wehrmacht eran frecuentes, y que más adelante el pueblo alemán pagaría con creces esta supuesta infalibilidad. Pero a finales del 40 esto no se discutía. El canciller alemán se sentaba en el centro de una tela de araña en la que sus opiniones o sugerencias se materializaban con la diligencia que tendemos a atribuir a los teutones. Así,  las observaciones de Hitler en relación a lo que había que hacer en Canarias no cayeron en saco roto, y pusieron en marcha una cadena de acontecimientos que influyeron  en las  vidas  (y muertes)  de  un  buen  número  de  isleños.  El  objetivo  de  este  trabajo   es  intentar  rescatar  del  olvido algunos de aquellos sucesos... Descarga gratuita aquí


La Candelaria de Adeje

                                                                                                  Fernando Herráiz Sánchez.                 ...

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