martes, 25 de junio de 2013

Es natural


Samot
Verter en el vaso lo que queda de la copa de anoche, verterlo por si más tarde tienes sed.
A veces pasa que desdeñas lo que queda en el fondo del recipiente porque “total es poco” y resulta que luego lo echas en falta, cuando el poco hubiera sido bastante como para saciar la escasez del cajón. Recuerdas el preciso instante en que derramaste los restos por el desagüe de la cocina confiada en que mañana sería otro día, pero hoy ya es mañana, y se parece mucho al día de ayer. ¿No te ha pasado nunca?.
No hace falta que respondas, es obvio que sí, es natural. No somos tan distintos, aunque a veces creas que la distancia entre tu y yo es bastante grande como para diferenciarnos, pero ese aire que viaja en el agujero negro que habita entre tu piel y la mía, únicamente está ahí para distinguirnos. No sea que la costumbre o el hábito termine por confundir o desenfocarnos, y nos veamos a nosotros mismos como pixelados, borrosos dentro de nuestras propias miserias.
No sé escribir si no es desde las entrañas, es un gran defecto. No puedo evitar desnudar las cicatrices cada vez que sopla el viento desde esa ventana. Es imposible domar el alma cuando no se tiene ninguna intención de hacerlo. 

Regina Zerené

jueves, 6 de junio de 2013

Vivir en paz


Foto P. Torres
La paz se ha vuelto contra nosotros, después de hacer bandera de ella, parece ser que no conseguiremos nada sin un poco de agitación, la bondad y las buenas intenciones son pasto para los tiburones de la política, viven de gente buena y confiada, si no dejas ver un mal gesto o una mirada amenazante o si no gritas desesperado, interpretan que todo va bien. No se hace política para mejorar las situaciones, no, van pisando derechos hasta que alguien grita, amenaza, increpa, rompe un escaparate o se pone en huelga de hambre, luego envían a sus secuaces para aplacar los ánimos, más tarde reparten las culpas hacia arriba y hacia abajo, una práctica muy habitual de quien no tiene argumentos ni escrúpulos. Tristemente y después de muchas manifestaciones multitudinarias, persiste esta clase de “fascismo” auspiciado por las momias que se yerguen altivas inmunes al ridículo monumental que están haciendo y del que el mundo entero se hace eco, España, ja, ¡Qué bajo has caído! Si, todo estaba cogido con saliva, y claro ahora vemos la triste realidad, decenas de millones de euros se encuentran repartidos en las cuentas de estos mangantes apoltronados que pueblan parlamentos, palacios, cabildos y ayuntamientos, nadie los quiere, pero siguen ahí, imputados, sancionados, destapados y siguen ahí, no tienen ni un ápice de vergüenza; vergüenza ajena es lo que siente el ciudadano de a pié al ser representado por estos caimanes, devoradores de la dignidad de su propio pueblo, de su propia familia, de su propia madre. Si tuvieran algo de entrañas, no saldrían a la calle. Pero, después de haber cogido el primer sobre ya todo es llano, fácil, pasado el primer flato ya todo se cura con dinero, unos días en las Maldivas y olvidémonos de ese nimio percance.
No hay mucho más que decir, la paz está en franco declive frente a una cultura de la agresividad, evidentemente surgirán las manifestaciones ciudadanas cada vez más virulentas a medida que vayan creciendo las necesidades primarias, no al contrario como argumentan los cronistas del poder, (esa clase que se protege bajo el paraguas del estado), no lo olvidemos porque ya se sabe..., todo esto, si miramos con cierta perspectiva, podremos ver que en un futuro más o menos lejano, saldrá a la luz con las consecuencias que se merecen tanto los que lo ejecutaron como los que lo permitieron y apoyaron. Los ciudadanos/as no gustan de la vida crispada que nos proponen, el sueño de cualquier españolito de a pie es vivir en paz, con algo que hacer y que reporte y permita vivir dignamente, cotizar y esperar a la vejez con ciertas garantías, vayan a quitarle los sueños a otros, no a los que han mantenido el estado tan cacareado del bienestar. 
Jeromm

La Candelaria de Adeje

                                                                                                  Fernando Herráiz Sánchez.                 ...

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