Samot |
A veces pasa que desdeñas lo que queda en el fondo del recipiente
porque “total es poco” y resulta que luego lo echas en falta,
cuando el poco hubiera sido bastante como para saciar la escasez del
cajón. Recuerdas el preciso instante en que derramaste los restos
por el desagüe de la cocina confiada en que mañana sería otro día,
pero hoy ya es mañana, y se parece mucho al día de ayer. ¿No te ha
pasado nunca?.
No hace falta que respondas, es obvio que sí, es natural. No somos
tan distintos, aunque a veces creas que la distancia entre tu y yo es
bastante grande como para diferenciarnos, pero ese aire que viaja en
el agujero negro que habita entre tu piel y la mía, únicamente está
ahí para distinguirnos. No sea que la costumbre o el hábito
termine por confundir o desenfocarnos, y nos veamos a nosotros mismos
como pixelados, borrosos dentro de nuestras propias miserias.
No sé escribir si no es desde las entrañas, es un gran defecto. No
puedo evitar desnudar las cicatrices cada vez que sopla el viento
desde esa ventana. Es imposible domar el alma cuando no se tiene
ninguna intención de hacerlo.
Regina Zerené
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