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miércoles, 24 de septiembre de 2014

...Unplugged, Regina Zerené

https://www.dropbox.com/s/jiqfkts2qs7bige/ReginaZ.Recopilaci_n2.pdf?dl=0





Publicación  digital
El Loquinario | Sta. Cruz de Tnerife

  

Respondiendo a una petición del Loquinario y dándose la circunstancia de que llevaba tiempo con la idea de volver a escribir, Regina Zerené, nos regaló en su momento, noviembre de 2011, su primera aportación literaria, “Tras la puerta” a la que siguieron una serie de cuentos cortos ofrecidos también generosamente a nuestro espacio virtual. Hemos hecho una compilación de todos ellos esperando que les entretengan, les diviertan y les emocionen, están escritos con una gran dosis de honestidad y maestría, en cualquier caso les instamos a escribir o enviar sus opiniones.


viernes, 16 de mayo de 2014

La obra de una vida

Es necesario para mí contar esta historia, puesto que casos así se dan bien pocos. Cada vez que la narro los oyentes se quedan nadando entre la expectación y el asombro, tanto por lo sorprendente de la historia como por la carga emotiva que contiene. Está llena de recovecos así como de bellos matices que se vuelven ásperos en muchos momentos. Seguramente le surgirán muchas preguntas al conocer esta historia. Procuraré no ser ambiciosa y sintetizar al máximo para acercar al lector a este ser humano tan especial cuya historia tengo el honor de conocer de su propia boca... leer más

 Regina Zerené

domingo, 27 de abril de 2014

Regina Zerené: otro talento que se nos va de la Isla


Foto: Pedro Torres
A veces los refranes no son sino una justificación interesada de la desidia, de la injusticia o de la ignorancia, Anoche en el Búho bar de La laguna se cumplía el más estúpido e injusto de todos, aquél que dice que: «nadie es profeta en su tierra».

Regina Zerené no fue profeta anoche a pesar de que a quienes tuvimos el buen gusto de estar allí nos mantuvo clavados en el asiento sin parpadear durante más de una hora mientras hacia magia y juegos malabares con su voz, compinchada con Alex Altamirano ,el guitarrista que la acompañaba poniendo el alma en cada nota, no se si es habitual ver sobre el escenario artistas del calibre de esta mujer del renacimiento, que escribe sus letras compone su música y canta como los mismísimos Ángeles y que el próximo mes se nos marcha a México, lugar donde no me cabe duda que la sabrán tratar y respetar mucho mejor de lo que lo hemos hecho sus compatriotas.

Tengo que decir que el Búho bar se ha convertido en un McDonald de la música en vivo:

programan dos actuaciones en una noche no dejando margen ni tiempo a la gente para salir de la burbuja, en la que nos habían atrapado los músicos, tuvimos que colisionar de golpe con una realidad demasiado sórdida sin anestesia ni paliativos, arrearon al público y a los músicos, como si de ganado se tratara, para dejar sitio a otra remesa de público y de músicos totalmente diferente, con una gañanía intolerable.

Lo triste es que estos lugares son los pocos que quedan donde se pueda escuchar música en vivo.

Qué lejos quedaron los tiempos, donde el mismo Búho bar (el de Chicho) era un lugar carismático donde se podía escuchar buen jazz sin que nadie te empujara a tragarte de un sorbo la copa que te acababas de pedir mientras todavía en el aire vibraba la última nota , de la última canción.

Por no hablar de los tiempos gloriosos de La Tronja, donde después de sonar la última nota siempre venia otra, siempre amábamos después de amar, y sobre todo se respetaba a los artistas y no se les trataba como mercancía perecedera.

Al margen de estas consideraciones que me siento obligada a hacer,ya que está claro que si esto funciona así hoy en día es porque algo de cordura nos hemos dejado en el camino, creo que desde los 90 hasta hoy en lugar de evolucionar hemos involucionado claramente, algo habrá que hacer para recuperar la dignidad perdida, y no es por una actitud visceral que abogue por la peregrina idea de que cualquier tiempo pasado fue mejor, en un ejercicio de nostalgia trasnochada, sino que para trabajar con asuntos que conciernen al arte seria recomendable tener algún criterio, añadido al puramente crematístico, a la hora de manipular tan sensible material.

Aún así no es este el único asunto que me ha indignado profundamente, anoche Regina y Alex estuvieron arropados por la familia y los íntimos, y se consiguió una atmósfera muy placentera, pero no es ni justo ni normal que muchísima gente que conoce el trabajo de esta cantante la haya dejado en la estacada, en su único y último concierto en la isla, y no me refiero al público en general porque a ese solo le llegan lo que los Medios de Desinformación y los jefecillos de turno quieren promocionar, me refiero, a los y las que se llenan la boca diciendo lo buena que es Regina, el vozarrón que tiene y el carisma que gasta esta mujer de raza.

Foto: Pedro Torres
Para toda esa gente y como regalo de despedida se organizó esta tocata, sin embargo la mayoría tuvo el mal gusto de ignorar la gentileza de esta Artista que se nos va lejos, una más que se va, a buscar lo que aquí se le niega, respeto y atención. Todo el que vale algo se tiene que ir de las Islas para no morir en el ostracismo, y no es un ejercicio saludable y deseable de expansión profesional, es una huida de la indiferencia con la que tratamos a nuestro artistas que muchas veces contrasta con el recibimiento que solemos dar a los foráneos, pueblo amable gentil y novelero como pocos, además de eso en Canarias sino eres del establishment o propensa a felaciones al establishment no existes.

Regina Zerené otro talento que se nos va muy lejos, la historia se repite una y otra vez ad infinitum y no aprendemos, decía Antonio Machado que: «todo lo que se ignora se desprecia,» pues eso.
Juana Santana

miércoles, 16 de abril de 2014

El Páramo


Foto:Pedro Torres
El miedo con el que te enfrentas al folio en blanco. Esa mezcla de cualquier cosa puede ser, la adrenalina que se dispara y las ganas de vivir. Sólo se escribir con el alma, sólo así puedo caminar.
A veces me sorprenden las dudas y me hacen reír, es divertido ver como en ocasiones me siento con derecho a dudar, como si toda la vida fuera mía, como si cada segundo no fuera una condescendiente concesión, un “agárralo ahora que puedes, no sea que mañana no tengas manos”… y yo me río. Siempre me río cuando tengo miedo, me ayuda, parece que así el amargo sabe distinto. No puedo evitar el dolor, eso no es posible para nosotros los humanos, así que visto mi rostro con la mejor sonrisa que tenga en el armario en ese instante, es lo más que puedo hacer, ¿qué menos?.
Camino por el páramo siguiendo la voluntad de mis pies, ellos saben más que yo, ya han andado mucho, no tanto en ésta como en otras vidas, yo no recuerdo nada y sólo me queda confiar.
Me alejo de lo que conozco, de mi, de ti, de mi casa, de tu casa, del caminito que recorrí todos los días buscando aventuras más allá de mi rincón. Mis calles, tus calles, todo aquello que nació y murió, o tal vez no, porque nada muere, eso dicen, yo ya no sé que pensar.
Mi mar, tu mar, mis montañas y las tuyas, también me las llevo conmigo allá donde vaya porque ya no se pueden sacar de aquí dentro, estarán para siempre en mi y eso no lo elegí yo, la tierra me eligió a mí, fue ella la que me trajo hasta aquí. Me ha visto morir y resucitar tantas veces que ahora que me marcho es ella la que sonríe.
Cada vez me duele más escribir… esta terrible manera de abrirme en canal…

Volveré.
Regina Zerené

martes, 5 de noviembre de 2013

¿Sabes tú?

Tomaso Hernández
¿Sabes el dolor ese que de repente te sorprende en la boca del estómago sin saber muy bien cómo llegó hasta ahí? Tal vez subió por los pies, pasó por los tobillos, las rodillas, trepó por los muslos y siguió avanzando por las tripas hasta llegar al nido que lo cobija. Pero digo sólo tal vez, porque es un suponer, cuando esto ocurre uno no sabe nada, no hay porqué ni cómo, el dolor lo oculta todo. ¿Sabes tú de qué te estoy hablando?
¿Conoces esa sensación de que te desgarran las extremidades, te las atan a cuatro cuerdas para después tirar en diferentes direcciones? Suplicas para que tiren más fuerte y que al fin acabe el dolor, pero no, el dolor ni desaparece ni mata, te mantiene despierto para que sientas la ausencia. ¿Sabes tú de qué te estoy hablando?
¿Te ha pasado alguna vez notar como caes a un foso, un foso infinito y en una eterna caída anhelar llegar al final? Esperas con ansia aplastarte contra el suelo lleno de mierda y lodo, que todo acabe, dejar al fin de caer para estar abajo del todo porque después de eso ya no hay más. Pero el aplastamiento nunca llega, sigues cayendo y cayendo sobrepasando la lógica de la física, poniendo en duda hasta los límites del aguante humano, la agónica sensación de estar vivo. ¿Tienes idea de cuál es esa sensación?
¿Se te ha pasado por la cabeza alguna vez sacarte los ojos y comértelos para no seguir siendo testigo de la pegajosa realidad que de repente te sorprende en la piel y ni con espátulas de velcro eres capaz de arrancar? ¿sabes de qué sensación te estoy hablando? ¿sabes tú de qué hablo? ¿lo has sentido alguna vez?
¿Dime, has sentido ese dolor?

Yo ya lo dejé atrás. Tengo muy mala memoria.


martes, 25 de junio de 2013

Es natural


Samot
Verter en el vaso lo que queda de la copa de anoche, verterlo por si más tarde tienes sed.
A veces pasa que desdeñas lo que queda en el fondo del recipiente porque “total es poco” y resulta que luego lo echas en falta, cuando el poco hubiera sido bastante como para saciar la escasez del cajón. Recuerdas el preciso instante en que derramaste los restos por el desagüe de la cocina confiada en que mañana sería otro día, pero hoy ya es mañana, y se parece mucho al día de ayer. ¿No te ha pasado nunca?.
No hace falta que respondas, es obvio que sí, es natural. No somos tan distintos, aunque a veces creas que la distancia entre tu y yo es bastante grande como para diferenciarnos, pero ese aire que viaja en el agujero negro que habita entre tu piel y la mía, únicamente está ahí para distinguirnos. No sea que la costumbre o el hábito termine por confundir o desenfocarnos, y nos veamos a nosotros mismos como pixelados, borrosos dentro de nuestras propias miserias.
No sé escribir si no es desde las entrañas, es un gran defecto. No puedo evitar desnudar las cicatrices cada vez que sopla el viento desde esa ventana. Es imposible domar el alma cuando no se tiene ninguna intención de hacerlo. 

Regina Zerené

jueves, 7 de marzo de 2013

AL TRAN TRÁN

Ayer, después de años oyendo hablar de ellos, me acerqué al teatro Alfil, en el centro de Madrid, para ver en acción a la compañía de comedia musical improvisada Al Tran Trán. Sentía una infinita curiosidad.
Entré, elegí mesa, pedí algo de beber al camarero y me preparé para disfrutar del espectáculo. El ambiente era cálido, invitaba a que me sintiese como en casa y aumentó mi inquietud, desde luego, este no iba a ser un espectáculo convencional.
Los actores se arrojaron al vacío de la improvisación en continua comunicación con el público convirtiendo así al espectador en un impro-espectador. No había agentes pasivos en aquel teatro y me hicieron viajar en el espacio-tiempo durante hora y media de función.
Gracias a la generosidad con que se ofrecen al espectador, la entrega en su labor de improvisar dejando a un lado el sentido del ridículo y la vergüenza, en un alarde de creatividad, talento, dedicación y amor, consiguieron que saliese de aquel teatro realmente conmovida.
¡Vivir improvisando! cantaban… el espectáculo traspasa las instalaciones del teatro y trasciende en mi, entre risas, chistes y situaciones inverosímiles, tomé conciencia de mi misma, olvidé por completo que era parte del público, era parte de ellos, o ellos parte de mí, no tan distintos unos de otros al fin y al cabo.
¡Vivir improvisando!, sin pudor de ser yo misma, sin miedo a arrojarme al vacío. Con el valor del que elije la vida como la más excitante de las drogas.

¡GRACIAS AL TRAN TRÁN!
Regina Zerené

miércoles, 9 de enero de 2013

A SIMONE DE BEAUVOIR


A veces me falta el aire, se me corta la respiración parece que todo es poco, todo es nada.
Busco incansable la secuencia de nostalgias que me empujen a existir y me quedo vacía de nada, llena de ausencia.
Es doloroso competir por ser, nadar en el mar del olvido sin bolla a la que asirme, es doloroso.
El vaivén de los recuerdos se me agolpan, unos sobre otros, se condensan y todo parece poco, siempre parece poco.
Camino incansable y frágil sobre la alfombra que se abre ante mis pies, fallan los tobillos de tanto peso, de tanto lastre, de tanta ausencia.
En mi vientre el impulso del gemido de un dolor que dará paso a la vida, el desgarro de una lágrima que cae, una más de tantas otras que ellas derramaron.
La impotencia de esta cárcel consentida, la esperanza de una mano que comprenda, que se oponga a la sin razón del desaire no elegido.
Ver los barrotes caer, el deseo de poder ser.

Regina Zerené

miércoles, 7 de noviembre de 2012

Confesiones de alguien como yo

Brotaba la sangre a borbotones, miraba aquello con asco y satisfacción, era yo y no otro quien lo hacía. Quería que fuera rápido así que busqué su cuello con la punta del cuchillo. Lo clavé pero no era suficiente, tuve que cortar como quien le corta la cabeza a un pollo, aquel gran cuchillo de cocina casi no tenía filo, fue desagradable, pero no podía parar, aquel pequeño y abominable cuerpo continuaba moviéndose. ¡Que asco! _pensé
... descarga el cuento completo
Regina Zerené

martes, 16 de octubre de 2012

Misty Blue

Me obsesiona como sacar toda esta mierda de dentro, siento la necesidad de expulsarlo de mi cuerpo, respiro hondo y pienso en escribir. Escribir me duele, doy marcha atrás y me trago la pelota de basura que tenía en la garganta. Un día tras otro, una noche tras otra las ganas de gritar. A veces canto, así las lágrimas bajan solas. Suena Misty Blue de Etta James, resuena en las paredes de mis arterias, lloro y pataleo, me arranco la piel a tiras y con ella empapelo la pared. Contemplo todo aquello como si fuera un lienzo, intentando encontrarle un sentido, mientras mi cuerpo que está sin cuero, en carne viva, espera resignado una tregua para existir. Miro a mi alrededor y siento asco de mi misma, lástima del género humano.
Nunca comprenderé que te quedaras ahí, impávido, sin ni siquiera mirarme, entendí que no te importaba y eso me dolió, aún hoy sigue doliéndome. Me quedé de pie frente a tu mesa esperando una respuesta, una palabra, cualquiera, pero ni siquiera levantaste la mirada. Hubiera preferido que me escupieras, la verdad, cualquier cosa menos tu silencio.
Decidí salir de ahí lo antes posible, ya había perdido bastante. No sé si eran más las palabras que me quedaron por decir o las que aún espero oír. No lo sé, tampoco lo sabía en ese instante, ni me importaba, sólo quería salir de tu cubículo.
Recorrí el camino inverso que me había llevado allí, sin mirar atrás, sin mirarte, queriendo obviar que ahí estabas, intentando ignorar que eras tú el que no miraba. Mejor salir pronto, ya vería más tarde lo que haría con aquel desaguisado, lo que pudiese, ni más ni menos.
Cuando llegué a casa atrapé las palabras, tanto las unas como las otras, las que no me atreví a decir y las que no llegué a escuchar, todas. Las metí en un bote con formol, por si mañana o pasado o tal vez la próxima semana queríamos hacer como que nada había ocurrido. ¡Cuan inocentes podemos llegar a ser! alargamos las esperanzas para ahorrarnos el trabajo de soltar, de tirarlas por el water. Así soy yo, no tu.
El bote de formol sigue aún en la estantería esperando que lo destapes, porque eres tú quien debería hacerlo, si quisieras, no esperes que lo haga yo por ti, es tu deuda, no la mía. Pero recuerda que incluso las deudas prescriben, porque la memoria cuando quiere no sólo es débil sino caprichosa también.
Escribir me duele, subo un poco más el volumen, cantar también me duele, ya está acabando la canción. Miro la pared, veo mi piel de gallina mientras acompaño en carne viva a Etta y me inundan las ganas de vivir, la pelota del estómago se mueve, parece que vibra…oh love! My whole world turns misty blue!.
Mi pensamientos se alejan, el formol es un líquido curioso, es extraño lo que es capaz de hacer, las palabras nadan esperando una salida al mar, es cruel lo que les hago…, y me río de mi misma.
Regina Zerené

sábado, 3 de marzo de 2012

Así es


El áspero aliento de la cordura acecha tras la rendija que se deja ver entre la inmanencia y la nostalgia. La pantalla en blanco y negro, los días, el sabor dormido de la felicidad.
Cavar una fosa y vomitar. Cerrar la fosa y volver a vomitar por si queda algo. Así es.
Así somos tu y yo. Yo y tu, diferentes pero iguales, como toda aquella muchedumbre que nos mira. Protagonistas desvirtuados de una vida no elegida pero sí muy bien interpretada, usamos las banderas o las barreras cuando viene al caso, el miedo nos cala los talones.
Huimos orgullosos de la imagen que devuelve el iris ajeno, por no aceptar la humillación de postrarnos ante la muerte y vanagloriarla en su eterna victoria. Besar uno a uno sus huesudos pies y aceptar la derrota. Por lo menos mientras la lozana juventud nos sonroje las mejillas, luego ya veremos.
Ella nos miraría, sólo con las cuencas, pues ojos no tiene, ni falta que le hace porque ella lo puede ver todo, como lo pueden ver todo las madres, que incluso en la distancia presienten las angustias de sus hijos, porque de ellas salimos, somos de su carne, conocen todas y cada una de nuestras esquinas. Ella nos miraría con esa desdichada compasión y prometería protegernos, siempre. Nunca nos abandonaría. Y así es.
Corremos, nos negamos a abdicar, queremos trascender. Trascender para no morir, morir obviando que de hecho, morimos desde siempre. Divertida farsa que nos priva de cavar una fosa y vomitar.
Y así somos tu y yo. Yo, tu y la muchedumbre que vemos desde aquí, perdidos entre la inmanencia, la nostalgia y ese áspero aliento que nos acecha tras la rendija. Tan diferentes y tan iguales, con los talones calados todos. Bien, ya está. Cierro esto. En breve volveré a vomitar, por si queda algo.


miércoles, 25 de enero de 2012

LEY DEL ABORTO

El ministro de justicia Alberto Ruiz Gallardón ha anunciado varias reformas que se llevarán a cabo en esta legislatura. Entre ellas asoma la promesa de modificar la polémica ley del aborto para que las menores no puedan abortar sin el consentimiento de sus padres. Damos pasos hacia atrás, una vez más la sociedad burguesa despliega sus alas hipócritas desatendiendo la problemática social y desprotegiendo a aquellos que realmente necesitan apoyo.
La mujer queda, una vez más, relegada a la voluntad del padre, tachándola de incapaz para decidir sobre su propio destino. Se pretende proteger el derecho a la vida, ¿pero que vida protegen?. Desde luego  que la de la adolescente no. Asegurar longevidad a este patriarcado es lo único que preocupa aquellos que se jactan de trabajar por una sociedad más justa e igualitaria. 
No se preocupan por aquellas menores cuyos padres las obligan a tener el hijo que no desean, las hacen presas de su propio cuerpo como si este no les perteneciera, condicionando su futuro y arrancando su derecho a elegir. ¿Que clase de adultas pretenden construir? Sumisas, condescendientes, frustradas, no corren la misma suerte que los varones de su edad que pueden actuar libremente sin tener consecuencias directas en su propia existencia. Ante la desigualdad de condiciones, en esta sociedad de moral desdibujada, miramos a otro lado.
Tampoco piensan en esas menores que por temor a la reacción de sus progenitores acuden a lugares de dudosa sanidad y practican abortos en condiciones indeseadas poniendo en peligro sus propias vidas, en silencio, encerradas en el miedo a su propio cuerpo, abrumadas por el poder de su propia carne.
Desde la infancia se le repite a la mujer que ha nacido para engendrar, ensalzando los esplendores de la maternidad para que olvide los inconvenientes que esto le supone en una sociedad creada por y para el macho.
Defiendo la capacidad de las mujeres para decidir sobre sus propias vidas independientemente de la edad que tengan. Debemos preocuparnos por dar a la adolescente las herramientas necesarias para dar pasos acertados en su camino, para que su voluntad pueda ser llevada a cabo. Darle la información necesaria para que no quede embarazada si no lo desea y servirle de  apoyo cuando se sienta abrumada por las circunstancias. Fomentar una sexualidad sana y libre de moralidades opresoras donde el propio cuerpo sea lo que es, nuestra única y verdadera propiedad privada.
Somos dueñas de nuestros cuerpos, de nuestras vidas. Levantemos la voz por nosotras mismas, por aquellas que siguen nuestros pasos, por aquellas que nos parieron y las que parieron a estas. Defendamos una maternidad basada en el amor y la voluntad, no dejemos que el miedo y la frustración castre nuestro destino.



                                Regina Zerené

jueves, 12 de enero de 2012

Nunca

Silencio… No era posible. Nunca.
Quería, pero nunca.
Creía saber como, aunque quizá no. Tal vez algún día, quien sabe.
En algún momento lo creyó, pero ahora se preguntaba si de verdad estuvo segura. Si alguna vez prestó atención a la desnudez frente al espejo, y siendo honesta… muy a menudo fingió mirar, mantuvo la distancia de soslayo.
La distancia, corta casi siempre, inabarcable de todos modos, es densa, muy densa y su presencia no perdona. No abandona la inercia sangrante de dolernos, doblegarnos por no poder arrancarla, placenta que ata y alimenta la existencia. 
Recordó esos juegos sobre la hierba, en la infancia fresca,  inocencia consentida, la indolencia de simplemente ser. Foto casi soñada, reconstruida en el tiempo que asfalta esta tierra infértil, ojos entreabiertos de la consciencia, que casi siempre engañan, traicionan, por no poder abrirlos más, porque de tanto esfuerzo ya hasta las manos duelen. 
Y las llagas… cómo no hablar de las llagas, esas que se instalan ahí, pesada culpa, losa, erosión del tiempo.
Buscó ayuda de un alfiler alguna vez,  pero no sirvió de nada. Llaga o cicatriz, no podemos volver sobre lo andado.
Así que, quería saber, había llegado el momento. Ahora o nunca y se desnudó por primera vez.
Hacía frío en aquella habitación, casi tanto como dentro. Pero se desnudó. Y con los ojos cerrados se acercó al espejo, despacio, a tientas, para no adelantarse, para no correr. Palpó la sábana que cubría la imagen desde siempre y tiró. Al abrir los ojos, ahí estaban ambos desnudos, espejo y ella, ella y espejo, parte de una misma cosa, deudores uno del otro, tiempo olvidado. La ventana de camino a casa.
Volvió sobre sus pasos, apretó puños y muelas y miró. Dolía el frío, pero por primera vez, miró.

                                                                                                             Regina Zerené



La Candelaria de Adeje

                                                                                                  Fernando Herráiz Sánchez.                 ...

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