“Las
verdades elementales caben en el ala de un colibrí.”
Josep Pla
Foto: Pedro Torres |
Siempre
hubo marginales y miseria y artistas que lo denunciaron, Isidre
Nonell es uno de ellos, el egoísmo y la barbarie son atemporales.
Otro
de los cuadros que vi en la exposición permanente del Museo y que
me impactó fue el cuadro de Marià Fortuny titulado Carmen Bastián,
ni los Miró, ni los Picasso lograron ese asombro inexplicable y
maravilloso que suele producir el arte cuando logra su objetivo
primigenio.
El
cuadro muestra una muchacha recostada en una chaise longue con los
ropajes típicos del las postrimerías del 1800, con la
particularidad que se levanta las faldas dejando a la vista los
muslos generosos y el sexo muy poblado de vello púbico, en una mano
sostiene un abanico, instrumento indispensable de cualquier dama para
comunicarse en ese época, sin duda el autor trata de provocar una
reacción en la sociedad de su tiempo, y que mejor modo que llevando
a los cenáculos artísticos y culturales de la época una estampa
tan pura y tan dura, pornográfica, demoníaca, indecente, serian
los adjetivos más suaves que pudieron decir de este cuadro en su
día.
En
la actualidad también es impactante la visión de un pubis tan
poblado en una joven morena, ese pubis insolentemente negro en una
época donde las mujeres vamos rasuradas como bebés.
La muchacha una gitana granadina llamada Carmen Bastián mira con la insolencia y la media sonrisa que da saberse hermosa, los ojos negros profundamente irónicos trascienden su tiempo y el mio, me dejo llevar por el trazo grueso de Fortuny por los pliegues del vestido, donde las formas son gruesos goterones de ocres y pasteles que cumplen la función de asombrarnos, todo sucede en un anodino rincón donde la historia la cuenta un pubis sin rasurar, el arte, la provocación, la inteligencia humana es atemporal, igual que la estupidez y la crueldad.
Mas tarde paseando por el barrio Chino en los aledaños del Raval me tomo un café en el bar la marina, lugar, donde recalan las putas de todas las nacionalidades que trabajan en el barrio, intento venderle muy barato tabaco rubio a tres africanas, les explico que es barato porque lo traigo de Canarias pero no hablan mi idioma y con un gesto, nada amistoso, me mandan directamente a la mierda, son tiempos malos hay mucha competencia y poca faena.
La muchacha una gitana granadina llamada Carmen Bastián mira con la insolencia y la media sonrisa que da saberse hermosa, los ojos negros profundamente irónicos trascienden su tiempo y el mio, me dejo llevar por el trazo grueso de Fortuny por los pliegues del vestido, donde las formas son gruesos goterones de ocres y pasteles que cumplen la función de asombrarnos, todo sucede en un anodino rincón donde la historia la cuenta un pubis sin rasurar, el arte, la provocación, la inteligencia humana es atemporal, igual que la estupidez y la crueldad.
Mas tarde paseando por el barrio Chino en los aledaños del Raval me tomo un café en el bar la marina, lugar, donde recalan las putas de todas las nacionalidades que trabajan en el barrio, intento venderle muy barato tabaco rubio a tres africanas, les explico que es barato porque lo traigo de Canarias pero no hablan mi idioma y con un gesto, nada amistoso, me mandan directamente a la mierda, son tiempos malos hay mucha competencia y poca faena.
Al
día siguiente venzo por el método de inmersión mi miedo a los
grandes monumentos, especialmente los góticos, abrazando
imaginariamente la Sagrada Familia con las pulsaciones de la sangre a
tope, fue solo un instante, luego desapareció el miedo y establecí
una relación de amor para toda la vida con la magnifica Catedral,
recordé a Joaquim Mir, el Van Gogh catalán y que el día anterior
había visto en mi visita al Museu «La catedral dels pobres» un
óleo donde se retrata los inicios de la construcción de la Sagrada
Familia, una estampa muy diferente a la actual aunque sigue en
construcción, esta obra fue expuesta al público en el celebre local
antes mencionado Els Quatre Gats, la obra no está exenta de
dramatismo al retratar en primer término una familia de mendigos, en
segundo término el maestro cantero trabajando la piedra y al fondo
la carismática Catedral.
Las cosas se han ido concatenando sin pretenderlo, Barcelona es una ciudad vibrante y me lo ha dado todo con absoluta generosidad, llenándome con su arquitectura, sus plazas frescas y acogedoras, sin teléfono, sin televisión, sin internet, con tiempo para mirar un cuadro o enamorarme de una catedral Modernista.
Soy plenamente consciente que mientras paseaba relajadamente por una de las ciudades más hermosas de la tierra, en Gaza morían asesinados cientos de niños a los que no se les dio la oportunidad de crecer, mi indignación es solo superada por la tristeza y el dolor que me producen todos esos niños con la vida cercenada prematuramente por los intereses bastardos de un Estado asesino.
cualquier acto, manifestación artística, presentación social, etc que se de en este julio del año dos mil catorce no está completo, para mi, sino lleva la condena explicita al genocidio palestino.
Barcelona por siempre tendrás mi amor.
Las cosas se han ido concatenando sin pretenderlo, Barcelona es una ciudad vibrante y me lo ha dado todo con absoluta generosidad, llenándome con su arquitectura, sus plazas frescas y acogedoras, sin teléfono, sin televisión, sin internet, con tiempo para mirar un cuadro o enamorarme de una catedral Modernista.
Soy plenamente consciente que mientras paseaba relajadamente por una de las ciudades más hermosas de la tierra, en Gaza morían asesinados cientos de niños a los que no se les dio la oportunidad de crecer, mi indignación es solo superada por la tristeza y el dolor que me producen todos esos niños con la vida cercenada prematuramente por los intereses bastardos de un Estado asesino.
cualquier acto, manifestación artística, presentación social, etc que se de en este julio del año dos mil catorce no está completo, para mi, sino lleva la condena explicita al genocidio palestino.
Barcelona por siempre tendrás mi amor.
Juana Santana
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