miércoles, 16 de abril de 2014

El Páramo


Foto:Pedro Torres
El miedo con el que te enfrentas al folio en blanco. Esa mezcla de cualquier cosa puede ser, la adrenalina que se dispara y las ganas de vivir. Sólo se escribir con el alma, sólo así puedo caminar.
A veces me sorprenden las dudas y me hacen reír, es divertido ver como en ocasiones me siento con derecho a dudar, como si toda la vida fuera mía, como si cada segundo no fuera una condescendiente concesión, un “agárralo ahora que puedes, no sea que mañana no tengas manos”… y yo me río. Siempre me río cuando tengo miedo, me ayuda, parece que así el amargo sabe distinto. No puedo evitar el dolor, eso no es posible para nosotros los humanos, así que visto mi rostro con la mejor sonrisa que tenga en el armario en ese instante, es lo más que puedo hacer, ¿qué menos?.
Camino por el páramo siguiendo la voluntad de mis pies, ellos saben más que yo, ya han andado mucho, no tanto en ésta como en otras vidas, yo no recuerdo nada y sólo me queda confiar.
Me alejo de lo que conozco, de mi, de ti, de mi casa, de tu casa, del caminito que recorrí todos los días buscando aventuras más allá de mi rincón. Mis calles, tus calles, todo aquello que nació y murió, o tal vez no, porque nada muere, eso dicen, yo ya no sé que pensar.
Mi mar, tu mar, mis montañas y las tuyas, también me las llevo conmigo allá donde vaya porque ya no se pueden sacar de aquí dentro, estarán para siempre en mi y eso no lo elegí yo, la tierra me eligió a mí, fue ella la que me trajo hasta aquí. Me ha visto morir y resucitar tantas veces que ahora que me marcho es ella la que sonríe.
Cada vez me duele más escribir… esta terrible manera de abrirme en canal…

Volveré.
Regina Zerené

martes, 4 de marzo de 2014

La onírica de los días

"Somos del mismo material del que se tejen los sueños, nuestra pequeña vida está rodeada de sueños."
William Shakespeare  




Monumento al gato Parque García Sanabria
Entré por la puerta del gato y me eché a leer en el césped a la sombra de los árboles, quedé traspuesta inmediatamente, el murmullo del agua el sol y la lectura me hicieron desear una cama para descansar, qué sola tiene que estar mi alma para que al primer sopor, en las primeras hilachas de sueño busqué desesperadamente la compañía de mi madre muerta hace más de seis años.

Ella estaba acostada en una cama alta muy tapada hasta el cuello con el embozo y su pequeña radio debajo de la almohada, me acerqué y arrodillada le supliqué que se viniera a dormir conmigo a mi cama que me sentía muy sola, no se movió ni mostró el más mínimo interés, permaneció mirando hacia el techo con la mirada perdida escuchando la radio, distante como siempre había sido conmigo, yo tampoco insistí demasiado sin embargo en la siguiente secuencia, mi madre vino a mi cama a dormir a mi lado pero sin rozarme, sin hablarme, como si estuviera metida en una campana de cristal y solo pudiera verla, no me rechazaba, una madre nunca rechaza por completo a una hija, pero tampoco me daba calor solo me permitía verla junto a mi a través de un frío cristal, lo siguiente fue darme cuenta que me había quedado traspuesta en el parque, enfrente tenia la puerta del gato y detrás de los setos un grupo de guiris paseando con el mapa en la mano, la puerta del gato es una escultura de cemento , piedra , vidrio y varillas metálicas, está hecha con los planos donados a la ciudad de Santa Cruz por el conde de Noailles, poseedor de la obra original de Óscar Domínguez.


Me cansé de llegar tarde a todas partes, de vivir en un mundo de intuiciones, nadie me dijo que había plazos. Es mentira eso de que nunca es tarde, es al revés.

Yo siempre llegué tarde a todo, a los estudios universitarios, a los éxitos editoriales, al feminismo, a los antioxidantes, a los viajes, todo lo rocé apenas con las yemas de los dedos porque no los había visto sino justo en el momento que empezaban a desaparecer, y alargaba mi mano en un esfuerzo inútil para rozar todos esos paraísos, para percibir su textura, y ese gusto amargo en la boca del estomago, la angustia, la ansiedad.

¿Para qué nombrarlas?, ¿acaso si las nombro se evaporan?

Hablo y nadie escucha, ni siquiera en los sueños puedo sentirme escuchada, o más que escuchada entendida, abarcada, aprehendida.

Soñé con una pequeño espacio lleno de mujeres,y eran todas hostiles a mí, el habitáculo olía como el jabón neutro sin olor, eran mujeres pulcras e inteligentes, como mi madre, algunas salieron a fumar y desde el fondo de la calle aparecieron unos muchachos con actitud agresiva, discutían y de pronto se enzarzaron en una pelea cuerpo a cuerpo justo delante de nosotras, pude ver el miedo en algunos ojos de aquellas mujeres, la perplejidad en otros y la reprobación a la violencia masculina en la mayoría, yo conocía esa violencia, me era tan familiar como su encubierta hostilidad , su reserva o condescendencia para conmigo, también a esos cénaculos femeninos había llegado tarde.

Me crié en un patriarcado y tengo instrumento para soslayar la agresividad masculina, para lo que no tenia instrumentos era para gestionar el rechazo de las mujeres como yo, empezando por mi propia madre que nunca dudó, entre yo y mi hermano siempre tuvo claro si la obligaban a elegir de parte de quién estaba, opté por irme de aquél lugar, respiré hondo y me adentré en la calle sin mirar atrás, para continuar soñando en otra pantalla.

Es la onírica de los días, la única que me indica el camino de migas de pan para llegar a casa, solo la curiosidad de saber qué va a pasar me mantiene viva soñando.
Juana Santana

domingo, 26 de enero de 2014

REGINA ZERENÉ : Un mundo de posibilidades

Portada
El Universo de Regina es una burbuja cóncava donde caben una orquesta, unos platos, una voz prodigiosa, una mente pensante, una poeta y el sueño de un mundo mejor.
Se puede llamar canción protesta, porque tiene esa clara intencionalidad que a mi tanto me satisface, reminiscencia de otros grandes que pusieron bandas sonoras a legendarias revoluciones de los pueblos.
oir
Ver a Regina que pertenece a la generación, tanta veces tachadas de ninis, con esa conciencia es una gran fiesta para los corazones y una puerta abierta al futuro, no lo hemos hecho tan mal con esta juventud después de todo y pese al bombardeo de vacuidad al que han sido sometidos sistemáticamente de la mañana a la noche.
Aquí la tenemos pariendo un trabajo coherente con los ojos abiertos como platos analizando y llamando por su nombre lo que sucede alrededor.
Es también la soledad del corredor de fondo, una tristeza que de pronto te atrapa allá por el tercer tema, es la vida que duele, esa vieja punzada del desamor que todos hemos sentido alguna vez, dice que en su jardín ya no hay color pero no es cierto, sabemos muy bien que es solo un estado de ánimo transitorio.
Por suerte para el resto de los mortales sobrevive inmediatamente a la melancolía, y ya en el cuarto tema vemos como emerge de las cenizas el ave fenix o el Icaro que voló demasiado alto, se despierta y te regala unos scratching que tienen la intención de chocar a las mentes puristas, de despertarlas del letargo, es el jazz, el soul, es la revolución, es Regina Zerené.
No te la pierdas por nada del mundo.
Juana Santana

La Candelaria de Adeje

                                                                                                  Fernando Herráiz Sánchez.                 ...

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