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sábado, 17 de agosto de 2013

El nepotismo impune



Hoy reflexionaba sobre la desigualdad, miseria, abandono y lejanía que hemos sufrido siempre en Canarias, agravado por gobernantes sin escrúpulos que han hecho de la ignorancia de este pueblo su principal seguro de vida.

Paseando por una calle, suburbial, de un barrio a su vez suburbio de mi ciudad, reducto, donde las relaciones de fuerza y de poder se han ido configurando en una suerte de nepotismo fatal e inevitable como si fuera una lacra o enfermedad incurable que sufren, a mayor escala, la Isla de Tenerife y el archipiélago canario y a escala estratosférica el Estado español.

Andaba por la calle sin prisa, como me gusta a mi, me iba deleitando con los sonidos y las conversaciones provenientes de los pequeños negocios que sobreviven en este lugar, y que sorprenden por doble motivo, primero porque la crisis económica de la zona euro ha sido como un tsunami arrasando la pequeña empresa, los carteles rojos de se vende, se alquila o se traspasa son un sarpullido que se extiende por todo el país, como una varicela arquitectónica sistémica de los tiempos modernos, orgullo del neoliberalismo. Y en segundo lugar, por la persistencia de esos pequeños negocios en este reducto suburbial extraña por su propia naturaleza, zapateros remendones, costureras, carniceros, pescaderos, libreros, alguna relojería, barberías y peluquerías de señoras, oficios y ofertas minoristas que agonizan en una economía globalizada, donde las multinacionales se asientan en grandes centros comerciales, a los que la gente acude en masa dando la espalda a este comercio familiar de toda la vida.

Allí lavan el coche, compran la comida, la ropa y finalmente se cortan el pelo, toman algo en una cafetería y compran lotería por si hubiera suerte. Todo ello sin salir de un recinto acotado e impersonal donde la máquina suple a la persona todo lo posible, con el tiempo mandaremos a comprar a nuestro robot y ni siquiera los clientes serán humanos.

Lo más pintoresco de mi paseo es el acento de las conversaciones el gracejo cubano, venezolano, colombiano, boliviano, junto con el canario, que me llegan a retazos según voy pasando por las puertas de las tiendas, no termino de ver la ganancia de todas estas personas que en su día emigraron aquí para buscar una vida mejor y un futuro para sus hijos.

En este barrio el tiempo se paró en los años 70, la estética, mostradores de madera y vitrinas de cristal, los suelos muy gastados de granito y las estanterías quejumbrosas ofreciendo género urgente y precario para salir del paso.

Las mujeres del barrio en sus jabitas de nylon llevan el pan y las viandas como si estuvieran en Centro Habana, muchas de ellas llegaron de allí buscando mejorar y ahora tienen que lidiar con la misma miseria material pero muy lejos de casa, en un mundo mucho más despiadado y hostil, sin valores, donde todo quedó varado sin previo aviso, muchas preparan el retorno a sus países de origen, que emergen y tienen muchas más oportunidades que ofrecerles que la vieja y siempre desdeñosa Europa.

Dijo alguien en una ocasión, cuando vayas adelantando a alguien con tu automóvil sonríe al pasar a su lado, nunca sabes en qué momento te puede adelantar a ti.

Canarias es la comunidad autónoma del Estado español donde más ha crecido la pobreza desde el año 2008 hasta la fecha, se va alejando peligrosamente del resto del Estado, en una desigualdad social que crece a ojos vistas.

Paulino Rivero, presidente del gobierno canario,no solo no ofrece soluciones o hace una deseable autocrítica, sino que ha dicho con total desfachatez que: la “desigualdad creciente” con respecto al resto del Estado obedece exclusivamente a las políticas de recortes de Mariano Rajoy.

Ninguna mención, por supuesto, al modelo de crecimiento de las Islas Canarias de los últimos treinta años aplicado por todos los ejecutivos de su signo político y de otros, con las diferentes coaliciones y componendas habidas siempre para seguir controlando el poder y perpetuar el nepotismo con total impunidad.

Dicho modelo basado en el monocultivo del turismo, la construcción descontrolada, que animó a muchos jóvenes a dejar las aulas, aún antes de terminar sus estudios obligatorios, para trabajar en el ladrillo, desbocado, especulativo, con las bendiciones de una clase política canaria avariciosa y corrupta, que siempre ha fomentado desde arriba una juventud inculta, sin cualificación profesional, acrítica con el poder, a la que venderle su nacionalismo de garrafón cada cuatro años, para luego ir a Madrid a intercambiar favores a cambio de capital para seguir financiado sus privilegios caciquiles.

Esta clase política no estaba preparada para afrontar el desastre económico y el desempleo posterior, Cuando pincha la burbuja inmobiliaria, acostumbrada a medrar sin esfuerzo por ser hijo, primo o conocido de, habían dilapidado los fondos europeos destinados a estimular el empleo y el bienestar general, repartiéndosela entre ellos mismos, como han hecho siempre, conocidos y vergonzantes son los gastos de viajes, hoteles, fiestas, coches oficiales y prebendas de una ralea que acapara el ochenta por ciento de la riqueza siendo solo el dos por ciento de la población.

  El nepotismo en Canarias es la forma genuina de gobernar y se remonta a los tiempos de la Conquista, son los mismos descendientes de los conquistadores y, algunos autóctonos que no dudaron en elegir a quién tenían que servir desde el primer momento, los que lo han ejercido impunemente a lo largo del tiempo.
Juana Santana

jueves, 6 de junio de 2013

Vivir en paz


Foto P. Torres
La paz se ha vuelto contra nosotros, después de hacer bandera de ella, parece ser que no conseguiremos nada sin un poco de agitación, la bondad y las buenas intenciones son pasto para los tiburones de la política, viven de gente buena y confiada, si no dejas ver un mal gesto o una mirada amenazante o si no gritas desesperado, interpretan que todo va bien. No se hace política para mejorar las situaciones, no, van pisando derechos hasta que alguien grita, amenaza, increpa, rompe un escaparate o se pone en huelga de hambre, luego envían a sus secuaces para aplacar los ánimos, más tarde reparten las culpas hacia arriba y hacia abajo, una práctica muy habitual de quien no tiene argumentos ni escrúpulos. Tristemente y después de muchas manifestaciones multitudinarias, persiste esta clase de “fascismo” auspiciado por las momias que se yerguen altivas inmunes al ridículo monumental que están haciendo y del que el mundo entero se hace eco, España, ja, ¡Qué bajo has caído! Si, todo estaba cogido con saliva, y claro ahora vemos la triste realidad, decenas de millones de euros se encuentran repartidos en las cuentas de estos mangantes apoltronados que pueblan parlamentos, palacios, cabildos y ayuntamientos, nadie los quiere, pero siguen ahí, imputados, sancionados, destapados y siguen ahí, no tienen ni un ápice de vergüenza; vergüenza ajena es lo que siente el ciudadano de a pié al ser representado por estos caimanes, devoradores de la dignidad de su propio pueblo, de su propia familia, de su propia madre. Si tuvieran algo de entrañas, no saldrían a la calle. Pero, después de haber cogido el primer sobre ya todo es llano, fácil, pasado el primer flato ya todo se cura con dinero, unos días en las Maldivas y olvidémonos de ese nimio percance.
No hay mucho más que decir, la paz está en franco declive frente a una cultura de la agresividad, evidentemente surgirán las manifestaciones ciudadanas cada vez más virulentas a medida que vayan creciendo las necesidades primarias, no al contrario como argumentan los cronistas del poder, (esa clase que se protege bajo el paraguas del estado), no lo olvidemos porque ya se sabe..., todo esto, si miramos con cierta perspectiva, podremos ver que en un futuro más o menos lejano, saldrá a la luz con las consecuencias que se merecen tanto los que lo ejecutaron como los que lo permitieron y apoyaron. Los ciudadanos/as no gustan de la vida crispada que nos proponen, el sueño de cualquier españolito de a pie es vivir en paz, con algo que hacer y que reporte y permita vivir dignamente, cotizar y esperar a la vejez con ciertas garantías, vayan a quitarle los sueños a otros, no a los que han mantenido el estado tan cacareado del bienestar. 
Jeromm

La Candelaria de Adeje

                                                                                                  Fernando Herráiz Sánchez.                 ...

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