martes, 14 de febrero de 2012

El Huerto III

  Sección dedicada al comentario de la actualidad económica. 

                   



Por F. Herráiz                  
                                       

                                    “No sabemos lo que pasa, y eso es lo que pasa”
                                                                                    J. Ortega y Gasset

10 de Febrero de 2012. Hoy hablamos de:


Allá por el otoño de 1992 Bill Clinton, joven y telegénico gobernador de Arkansas, aspiraba a convertirse en presidente de Estados Unidos. Para lograrlo, debía derrotar en las urnas a George Bush padre. La empresa parecía harto difícil, pues el presidente en ejercicio acumulaba un impresionante currículo en política exterior: había visto caer el muro de Berlín, y obligado a morder el polvo al archienemigo iraquí.
James Carville, estratega del Partido Demócrata, comprendió que debía centrarse en los puntos débiles del rival, e ideó una tabla de eslóganes para uso interno de la candidatura. ¡Es la economía, estúpido! fue uno de ellos. La expresión hizo fortuna y se convirtió en el lema oficioso de la campaña de Clinton.
Tras su inesperado triunfo, la frase adquirió ribetes de profecía o premonición, perdió gran parte de su carga ofensiva, y su uso se extendió para describir todo tipo de situaciones en las que se cometen errores de bulto, o se presta atención al detalle y se olvida lo fundamental.
El 27 de marzo de 2007, el presidente del gobierno del Reino acudió a un programa de televisión. Se le preguntó si llegaríamos a los 3 millones de parados. Rodríguez Zapatero esbozó una sonrisa, y dejó bien claro que “de ninguna manera entraba en las previsiones del gobierno”. En aquel año proliferaban las sonrisas.
Más o menos por las mismas fechas, Santiago Niño Becerra, economista catalán entonces poco conocido, acudía a otro programa y vaticinaba que pasaríamos de los 5 millones. La afirmación fue recibida por sus contertulios, todos expertos en la cosa economía, con aspavientos y carcajadas contenidas.
Ya bien entrado 2009, el gobierno hubo de reconocer que la situación era grave. Rodríguez Zapatero ya no sonreía. La oposición y la ciudadanía le reprochaban no haber visto venir la crisis, y manejar datos y previsiones económicas fantasiosas.
Nadie nos avisó, respondió el presidente, y el Reino se quedó (o debió hacerlo) con la boca abierta. Lo cierto es que no mentía. Nadie nos avisó. Y cuando decimos nadie nos referimos a aquellos que debieron hacerlo: el FMI, la FED, el Banco Mundial, la OCDE, la Comisión Europea, el BCE, el Banco de España, la CNMV, las agencias de calificación, los centenares de fundaciones y gabinetes de estudio de bancos, cajas de ahorro, aseguradoras.., y por supuesto el gobierno del Reino.
Hoy, la mayoría escurre el bulto y apoyándose en uno u otro informe ambiguo (todos lo son en cierta medida) se apuntan al ya lo decía yo. Pero la verdad a pies juntillas es que lo que se nos vino encima no fue anunciado por ninguna de las instituciones económicas encargadas de hacerlo.
¿Qué ocurrió? ¿Cómo fue posible un error de tal magnitud? Y..., ¿qué dicen los protagonistas del desaguisado?
En general, se ha pasado de puntillas sobre tan comprometedor asunto, pero alguna explicación había que dar. Y se han ofrecido dos:
La economía no es una ciencia exacta. Es la que se ha transmitido al gran público, y sin ánimo de hacer sangre, suena a excusa de patio de colegio. Porque una cosa es equivocarse en unas décimas en tal o cual previsión, prever las consecuencias de súbitas guerras, conflictos políticos o accidentes financieros localizados, y otra bien distinta, asumir y pregonar a los cuatro vientos que la economía mundial va en una dirección, cuando en realidad va exactamente en la contraria.

martes, 31 de enero de 2012

Mujeres con gafas de Luna

Portada de Fran Feo Flip
Como veníamos anunciando Mujeres con gafas de luna, última obra de Juana Santana, ha sido editada en papel por Ediciones Idea-Aguere, por lo que la podrán encontrar en las librerías a partir de hoy. Esta novela viene a completar una trilogía de la que forman parte Todos contra la pared y La suerte de la memoria.
La portada es obra de Fran Feo Flip, decir que la imagen que ven de la portada está tomada con baja resolución por lo que no se aprecia bien el  trabajo de Flip, desde mi punto de vista (tengo el libro en mis manos) una portada excelente que conecta directamente con la esencia del texto, que por otra parte se muestra desprovisto de subterfugios para enseñar directamente lo que importa, lo que la escritora quiere decir y dice... Les animo a comprar esta obra no muy extensa en su número de páginas (82) pero que encierra un corpus repleto de sensibilidades y sensaciones que nos incumben o nos han afectado a todos alguna vez...

Sinopsis:
Lucía aborda su propia madurez ayudada por la presencia inevitable de una niña que no es otra que ella misma, en un trasunto del tiempo se analiza el mundo y los cambios desde los ojos de la niña y de la mujer, tiene que despedirse de la juventud y dejar marchar a la niña. Un suceso inesperado le permite ese tránsito ineludible y le abre caminos allí donde parecía que no había nada.

Si quieres adquirirlo en formato digital, está disponible aquí 

viernes, 27 de enero de 2012

EL HUERTO II

  Sección dedicada al comentario de la actualidad económica. 

                   



Por F. Herráiz                    
                                       

                                    “No sabemos lo que pasa, y eso es lo que pasa”
                                                                                    J. Ortega y Gasset.


23 de Enero de 2012. Hoy hablamos de:


Cuando éramos niños, uno de los acontecimientos más esperados y celebrados era ir a ver películas de romanos. Estaban las fieras, los gladiadores, los emperadores,... las traiciones. Pero sobre todo nos cautivaban las épicas batallas donde  incontables romanos se enfrentaban a miríadas de bárbaros, malvados persas, o esclavos rebeldes, pues por aquel entonces, todo el que llevaba casco, penacho y coraza era un romano.
Eran muchos, y a la postre - generalmente a nuestro pesar- siempre ganaban. El asunto solía terminar con un gran desfile de legionarios jaleados por el populacho enfervorizado.
Ya con algo más de edad,  en cierta ocasión me dijo mi padre: “Fíjate en ese viejo soldado. Ya ha pasado dos veces”. Y para mi consternación volvió a pasar otras dos. Me sentí confuso y estafado. De nada sirvieron las explicaciones y aquello de que solo era una película...y que bueno..., así se ahorraban algo de dinero... A mis ojos, el glamur romano se había evaporado, y decidí centrarme en piratas y bucaneros, pues parecían más de fiar.  A día de hoy, el Banco Central Europeo lo dirige un romano que, como es de esperar, conoce perfectamente el truco.

El pasado 21 de diciembre, el Banco Central Europeo (BCE) puso a disposición de 523 bancos de la zona euro 489.191 millones de €. Jamás se había visto cifra semejante (casi la mitad del PIB del Reino de España). El 18 de enero, el total de lo depositado por La Banca en el susodicho BCE ascendía a 528.000 millones. Es decir, el dinero ha salido `por una ventanilla y entrado por la otra.  Mario Draghi lo niega y argumenta que  “los bancos que han depositado el dinero no son los mismos que lo han recibido”.  ¿Qué ha sido pues del dinero retirado?  “Se ha invertido en la compra de deuda soberana” responde el romano. Veamos.

El Reino, por ejemplo,  tiene previsto emitir a lo largo de 2012,  86.000 millones en deuda a medio y largo plazo. Por otra parte, hay que pagar  92.200 de vencimientos de deudas anteriores. Lo  comido por lo servido, salvo 6.200  milloncejos  que han de salir de los impuestos para cuadrar las cuentas.
Así, la cosa queda de la siguiente manera: el BCE presta a los bancos, estos compran deuda pública que los estados utilizan para pagar a los mismos bancos deudas anteriores, estos para evitar sustos,  lo depositan en el BCE y todos contentos. En detalle, el asunto es algo más complejo,  pero lo cierto es que da  la sensación de estar viendo pasar una y otra vez al mismo viejo legionario romano. Y ya puestos, anuncia Draghi, para que andarse con mezquindades.  El mes que viene (febrero) pondremos el doble (1 billón de euros) en ventanilla.

Bien, estos son el tipo de cosas que dejan perpleja y desazonada a la población. ¿Qué se esconde tras estos malabarismos financieros? En realidad no es tan complicado. En Informe Coliflor comentamos como se crea y desaparece el dinero. En esencia, el mecanismo consiste en:

El dinero lo crean los bancos, ya sean centrales o privados, en forma de crédito o deuda.
Ejemplo. Se concede un crédito a 5 años a un particular para comprar un coche. Este ofrece como garantía una nómina lo suficiente estable y saneada  como para que el banco la acepte como garantía de la devolución del préstamo.  Lo mismo ocurre con el establecimiento de una hipoteca a 30 años, solo que la garantía es el propio inmueble.
El truco, el verdadero truco, consiste en que desde el preciso momento en que se firman los créditos, el banco pasa a ser propietario de un activo por la totalidad del mismo. Es decir, actúa como si lo hubiese cobrado ya en su totalidad, cuando realmente faltan 5 o 30 años para que esto suceda.
¿Qué pasa si el particular pierde el trabajo, o el valor del inmueble se degrada antes de cubrir el préstamo? Pues que  el activo pierde valor. O lo que es lo mismo, el dinero que se había  creado y dado por bueno, pues se asumía que  los créditos se iban a devolver,  simplemente desaparece. Cuando esto sucede de manera masiva, es decir, cuando un país o zona económica entra en crisis o recesión, las cantidades de dinero que se evaporan son monstruosas.
Así, lo que está haciendo el BCE (y el resto de banco centrales del mundo) es simplemente reponer o más exactamente, volver a crear el dinero desaparecido. 

A poco que se reflexione, se comprende que en periodos de expansión el dinero se crea con facilidad,  pues la mayoría de la población cuenta con poder adquisitivo para devolver  los créditos y mantener los precios de los inmuebles. Pero..., cuando las cosas se tuercen, no hay manera.
El BCE o la Reserva Federal americana pueden crear nominalmente cuánto dinero estimen conveniente, pero esto no quiere decir que exista. Es decir, que se puedan comprar bienes o servicios reales con él. Y a la vista están los datos.
El PIB de la Eurozona es de unos 10 billones de euros. Si sumamos todo el dinero que se ha creado en la zona euro desde el comienzo de la crisis (BCE; FMI, rescates a la banca, Fondo de Rescate a los estados, etc.) hablamos de al menos 3 billones. Es decir, un 30% del PIB.
Si este dinero hubiese bajado a la economía real, el resultado habría sido el equivalente a pisar a fondo el acelerador de los ya pasados de moda motores turbo. La producción, el consumo y la inflación se habrían disparado a niveles de euroburbuja. La realidad es que para los dos próximos años se espera recesión en la vieja y alicaída Europa.
Ergo, el destino del dinero que se está creando a mansalva se reduce a tapar las vergüenzas del sistema financiero y evitar un indecoroso derrumbe. 
La pregunta del euromillón es si el tinglado se sostendrá hasta la reactivación. Draghi  y sus romanos lo dan por hecho. Pero..., ¿y si no hay tal reactivación? También cabria preguntarse que actitud tomará la ciudadanía después de ver pasar tanto romano y perder todas y cada una de  las batallas.
Seguiremos informando.
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miércoles, 25 de enero de 2012

LEY DEL ABORTO

El ministro de justicia Alberto Ruiz Gallardón ha anunciado varias reformas que se llevarán a cabo en esta legislatura. Entre ellas asoma la promesa de modificar la polémica ley del aborto para que las menores no puedan abortar sin el consentimiento de sus padres. Damos pasos hacia atrás, una vez más la sociedad burguesa despliega sus alas hipócritas desatendiendo la problemática social y desprotegiendo a aquellos que realmente necesitan apoyo.
La mujer queda, una vez más, relegada a la voluntad del padre, tachándola de incapaz para decidir sobre su propio destino. Se pretende proteger el derecho a la vida, ¿pero que vida protegen?. Desde luego  que la de la adolescente no. Asegurar longevidad a este patriarcado es lo único que preocupa aquellos que se jactan de trabajar por una sociedad más justa e igualitaria. 
No se preocupan por aquellas menores cuyos padres las obligan a tener el hijo que no desean, las hacen presas de su propio cuerpo como si este no les perteneciera, condicionando su futuro y arrancando su derecho a elegir. ¿Que clase de adultas pretenden construir? Sumisas, condescendientes, frustradas, no corren la misma suerte que los varones de su edad que pueden actuar libremente sin tener consecuencias directas en su propia existencia. Ante la desigualdad de condiciones, en esta sociedad de moral desdibujada, miramos a otro lado.
Tampoco piensan en esas menores que por temor a la reacción de sus progenitores acuden a lugares de dudosa sanidad y practican abortos en condiciones indeseadas poniendo en peligro sus propias vidas, en silencio, encerradas en el miedo a su propio cuerpo, abrumadas por el poder de su propia carne.
Desde la infancia se le repite a la mujer que ha nacido para engendrar, ensalzando los esplendores de la maternidad para que olvide los inconvenientes que esto le supone en una sociedad creada por y para el macho.
Defiendo la capacidad de las mujeres para decidir sobre sus propias vidas independientemente de la edad que tengan. Debemos preocuparnos por dar a la adolescente las herramientas necesarias para dar pasos acertados en su camino, para que su voluntad pueda ser llevada a cabo. Darle la información necesaria para que no quede embarazada si no lo desea y servirle de  apoyo cuando se sienta abrumada por las circunstancias. Fomentar una sexualidad sana y libre de moralidades opresoras donde el propio cuerpo sea lo que es, nuestra única y verdadera propiedad privada.
Somos dueñas de nuestros cuerpos, de nuestras vidas. Levantemos la voz por nosotras mismas, por aquellas que siguen nuestros pasos, por aquellas que nos parieron y las que parieron a estas. Defendamos una maternidad basada en el amor y la voluntad, no dejemos que el miedo y la frustración castre nuestro destino.



                                Regina Zerené

domingo, 22 de enero de 2012

El azar de la literatura

                                             

Los libros siempre tuvieron el poder de encontrarme, me limitaba a ponerme delante de los estantes de las libreras y dejaba vagar mi vista con la mente en blanco hasta que uno de ellos me encontraba, cuando eso sucedía me lo llevaba a casa y lo leía casi siempre con voracidad.
Aglaja Veteranyi
Cada libro iba dejando un poso, un sedimento, que iba alimentando el azar para poder seguir siendo encontrada por ellos. El acto de leer siempre ha sido mágico, ni los años ni el número ingente de libros leídos han logrado quitarle esa magia.
Al principio atesoraba libros, no solo los deglutía y los incorporaba a mi bagaje vital sino que los quería poseer, de tal modo que con el tiempo me vi con un material bibliográfico demasiado grande, para alguien como yo, que nunca me había ocupado  en serio de tener  casa propia inquilina impenitente, viajera y díscola como soy, decidí con muy buen criterio, hacer uso de las bibliotecas públicas y es en ese lugar donde en los últimos días he sido encontrada por una novela de Aglaja Veteranyi escritora rumana completamente desconocida para mi hasta ese momento, el libro se llama: por qué se cuece el niño en la polenta.
Es la historia de una familia de artistas de circo que huyen de la Rumanía de Nicolae Ceausescu, y su hermana le cuenta múltiples versiones del niño que se cuece en la polenta para que el miedo la mantenga ocupada y no piense en lo que es realmente terrorífico, que su madre se caiga y muera.
Van de caravana en caravana, de hotel en hotel, la niña en cada lugar pone un trapito azul muy cerca de su almohada, es el mar, así siempre lo tiene cerca, cuando se va a dormir tapa el mar con el albornoz de flores de la madre para que no se la coman los tiburones.
La niña poco a poco con un lenguaje que a primera vista pudiera resultar naíf, nos va adentrando en un universo  femenino donde están ella, su madre, su tía y su hermana solo de padre, que se volvió loca porque su padre la quiere como mujer, por eso su madre a ella nunca la deja sola.
Él va y viene y a veces la madre dice que es su hermana delante de otros hombres, en esos casos la madre huele como otra persona y ella no la deja dormir en su cama, la madre duerme en el suelo y ella sueña con miedo porque se olvida que ya no está en su tierra donde ni siquiera en sueños se puede pensar libremente “porque te pueden llevar a Siberia,” sabe que no puede tampoco gritar “no grito he tirado mi boca a la basura”.
Relato lleno de imágenes, habla de la pobreza material de la que procede y de esa otra pobreza que mira con asombro en un Occidente donde son más importantes los perros que las personas, gente que tiene la ducha con el agua muy caliente y el corazón congelado.
La figura paterna es un payaso, no es triste, es solo un payaso, todos los payasos son tristes, siempre lo sospeché.
El circo tiene esa apariencia alegre donde parece que todos son una gran familia pero no es verdad, lo cierto es que bajo las carpas, en las jaulas de las fieras y en las caravanas se cuece como la polenta a muchos grados centígrados las penurias, la tristeza y la soledad, parece que la trapecista nunca va a caer, a veces sucede y se rompe el cuello, otras el león terminará arrancándole la cabeza  a la domadora, por eso la muerte es una invitada más a la mesa cada día, junto con los sueños de la tierra firme, de la casa grande y luminosa que nunca podrán llegar a comprar, entretanto la vajilla viaja en maletas y hay que reponerla cada dos por tres porque se rompe de tanto traqueteo.
“Cuando el niño se murió, Dios lo coció en la polenta. Dios es un cocinero, vive dentro de la tierra y se come a los muertos. Con sus grandes dientes puede romper todos los ataúdes.”
“Cuando cantamos siempre se me saltan las lágrimas. No aguanto la alegría”.
Es un gusto para mi presentarles, a quienes no la conozcan, a esta escritora rumana que murió prematuramente, y nunca vio publicada su novela, actriz y escritora, quiso dejarnos antes de irse definitivamente la historia de su infancia y adolescencia en el circo y en el exilio, exquisita y originalmente escrita, con sabor a polenta cocida, humilde pero muy nutritiva.
                                                                 Juana Santana

Aglaja Veteranyi
Por qué se cuece el niño en la polenta
Ediciones lengua de trapo SL.2001
www.lenguadetrapo.com

La Candelaria de Adeje

                                                                                                  Fernando Herráiz Sánchez.                 ...

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