Que Mario Draghi sabe de economía no
lo duda nadie. Que su carrera es impresionante tampoco.. Presidente
del Banco Mundial, del Banco de Italia, del Banco Central Europeo...,
pero repasemos alguna de sus andanzas.
A comienzo de los 90, Europa se
preparaba para la moneda única . En Italia, se sucedían los
escándalos de corrupción y el régimen de partidos nacidos tras la
II gran guerra se desmoronaba a ojos vista. La situación era delicada,
y con el Euro en el horizonte urgía poner orden en el quilombo
italiano. Así que se requirieron los servicios de nuestro personaje.
Se le hizo director general del Tesoro, y durante diez años reinó
en las finanzas italianas. Vio pasar dos presidentes y diez gobiernos
de diferente signo, lo cual no parece haberlo amedrentado, más bien
al contrario. Su mensaje era sencillo y limpio como
la libreta de un niño el primer día de clase : para evitar el robo
a mansalva de los dineros públicos, lo mejor era que no hubiese
dineros públicos. O más exactamente, cuantos menos mejor.
Por aquellos años (no lo van a creer)
los estados solían poseer empresas rentables en los sectores claves
de la economía. En Italia Eni, IRI, Banca Nazional del Lavoro, IMI o
Telecom Italia eran propiedad de la República. Según Mario, una
carga para el estado, por ruinosas y corruptas, así que se hizo
nombrar presidente del Comité de Privatizaciones y comenzó a
venderlas, argumentando que además de los beneficios ya mencionados,
serviría para equilibrar el déficit del estado y asegurar la
entrada de Italia en el Euro. A la altura de 1999, el Tesoro había
ingresado 108.000 millones de dólares y no quedaba nada que vender.
Los dos presidentes y los diez gobiernos asintieron o callaron.
Curiosamente, al entonces jefe del gobierno español se le había
ocurrido la misma idea, y el dúo sureño Draghi y Aznar se paseó
por las principales plazas financieras europeas con notable éxito de
crítica y público.
Fuese por natural cansancio, o por
comprensibles ganas de cambiar de aires, lo cierto es que en 2002
Mario recaló en Golmand Sachs, como vicepresidente de su división
europea. No nos detendremos en el hecho de que el cuarto banco
mundial de inversiones fue rescatado en 2008 con dinero de los
contribuyentes norteamericanos, pero sí en dos episodios que
enturbiaron ligeramente el perfil público del personaje.
Algo antes de la llegada de Draghi al
banco, Golman Sachs había comprado Eni, empresa privatizada
precisamente por Mario. El asunto levantó suspicacias y rumores , y
el propio Draghi hubo de salir al paso.¿Como era posible que una
empresa ruinosa para lo público fuese de pronto rentable para lo
privado?. Y el papel jugado por el jefe del Tesoro italiano....”Todo
ha sido hecho conforme a la ley”, Mario dixe. Pero en ocasiones los
dioses ciegan a quien quieren encumbrar y Draghi se vio envuelto en
otro embrollo sonado.
En 2010, en pleno fragor de la crisis
financiera, Grecia se hundía, y todo el aparto financiero mundial se
puso en marcha para apartar del poder al primer ministro Papandreu, a
quién se le había ocurrido la peregrina idea de consultar al pueblo
heleno acerca de las durísimas medidas que se avecinaban. El
objetivo se consiguió rápidamente, y poco después se repitió la
operación con Berlusconi.
La Troica
desembarcó en Atenas y comenzó a fisgar en las cuentas públicas.
Lo que se encontró dejó boquiabiertos a los más conspicuos
conspiranoicos: Grecia
llevaba una década falseando cuentas y datos oficiales. Los informes
que se enviaban a Bruselas eran en buena parte fraudulentos Y peor
aún...., el país había entrado en la moneda única esgrimiendo
cifras fantásticas.
El
asunto olía mal, pues implicaba, o bien una incompetencia clamorosa
de los bien pagados funcionarios europeos, o , lo más probable, que
se había hecho la vista gorda... en
fin, todo lo necesario para convertirse en el gran escándalo europeo..,pero..., no
pasó nada, o casi nada.
La
operación engañar a Europa llevaba
mas de una década en marcha, y vista en perceptiva, no era tarea
fácil. Para llevarla a buen fin, fue preciso contar con expertos que
conocieran al dedillo los entresijos que solo conocen los expertos..
El gobierno de Karamanlis pensó en Golman Sachs. El de Mario.
Los dos años
siguientes la crisis cabalgó sin freno por el continente, y el
escándalo se desinfló rápidamente. En junio de 2011 Draghi tuvo que
comparecer ante una comisión del Parlamento Europeo y responder a
preguntas relacionadas con el caso griego. Cinco meses después fue
nombrado presidente del Banco Central Europeo.
Como decíamos, la
carrera de Mario es impresionante. Su capacidad para deambular por
ambos lados del espejo es ya proverbial. Ha sido el zorro y las
gallinas, el fuego y el bombero. No ha dudado en descender a la
trampa menuda, ni en ejercer de especialista en la totalidad.
Lejano, frío, más pétreo que hierático, su voz se espera , se
sigue, se teme....
Que alguien que
durante años se dedicó a engañar al Banco Central Europeo sea
nombrado precisamente presidente de la entidad, chirría, indigna,
molesta...., pero lo realmente inquietante es constatar que más
allá de ciertos umbrales ascendentes, la lógica que rige la
convivencia y el mercado parecen quedar en suspenso. Gente como De
Guindos, Rato o el propio Draghi han protagonizado tropiezos
notables, pero el destino no parece pasarles factura. Siempre hay un
nuevo cargo, un nuevo reto ejecutivo aguardándoles. No son hombres
de empresa, tampoco de negocios. Para ellos, fracasar no es perder.
Un concejal, consejero, empresario-empresario, no puede permitirse ni
de lejos deslices semejantes. ¿Quienes son entonces? ¿la élite?,
¿la casta?....
Nada de eso, si
repasan sus biografías comprobaran que siempre han trabajado para
otros. Es decir, que toda su vida han sido meros empleados. Por lo
que el gran secreto, la habilidad suprema de Mario y compañía es
haber elegido al mejor de los patrones posibles. A cada uno lo suyo.