sábado, 2 de noviembre de 2013

El imaginario de Alonso Fernández de Lugo. II La Casa de Niebla



Cabeza de Dragón. Monasterio S. Isidoro del Campo

Fernando Herráiz Sánchez



El fundador y el linaje.
En 1294, reinando Sancho IV, la plaza de Tarifa fue sitiada por los moros. Un caballero cristiano de reconquista defendía el bien fortificado castillo, y los atacantes desesperaban de tomarlo. El propio Yusuf, rey de Fez, dirigía el cerco, y no se sabe bien cómo, consiguió apresar a un hijo del alcaide. Llevó al muchacho ante la muralla, y exigió la rendición de la plaza, pues de lo contrario sería pasado a cuchillo a la vista de todos. El alcaide no vaciló, y pronunció el célebre si ha de hacerse, que sea con mi cuchillo, mientras arrojaba el arma muralla abajo. El chico murió, pero el castillo resistió. El caballero era Alonso Pérez de Guzmán, muy pronto conocido como Guzmán el Bueno, fundador del linaje de los que serían Condes de Niebla, y más tarde Duques de Medina Sidonia.
El episodio se convirtió en leyenda y fue repetido durante siglos, convirtiendo al Guzmán en un héroe cristiano solo un escalón por debajo del Cid Campeador..., pero..., Guzmán el bueno no era cristiano. Al menos no cristiano viejo. Luisa Álvarez de Toledo, con quien nos sentimos en deuda, publicó en 2005 un documento que lo atestigua. Se trata de un privilegio de 1288 por el cual Sancho IV autoriza al Guzmán a llevar 300 cahices de grano “a allen mar do el es”i. Allen, allende, o más allá del mar, lugar de procedencia del Guzmán, era una manera de designar la Berbería. Y efectivamente, el personaje entra en la historia como recaudador de impuestos al servicio de Aben Yusuf, primer monarca Benimerín de Marruecos.
En Castilla, el infante Sancho se había levantado contra su padre con el apoyo del rey de Granada. Para equilibrar las fuerzas, Alfonso X recurrió a Yusuf, iniciándose una contienda en la que moros y cristianos combatían en ambos bandos. Así, Pérez de Guzmán llegó a Andalucía de la mano del rey de Fez para socorrer a El Sabio. La guerra se prolongó, tiempo en el que el Guzmán se acomodó a los hábitos castellanos. Recibió donaciones de tierras de su nuevo patrón, y casó con María Alphon Coronel, rica heredera sevillana. Cuando la balanza parecía inclinarse a su favor, Alfonso X murió repentinamente..., y Sancho ocupó el trono. El Guzmán hubo de regresar a Marruecos, donde, según las crónicas, reunió una fortuna considerable. María Alphon no se movió de Sevilla, y recibió de su marido remesas de oro que invirtió en la compra de tierras y aldeas. Parece que el centro de gravedad de sus intereses se trasladó a Castilla, pues en 1292 o 1293, el Guzmán cambió de bando y pasó al servicio de su ex-enemigo Sancho IV, quién lo nombró alcaide de la recién tomada plaza de Tarifa...seguir leyendo



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