Agustín Espinosa (1897-1939)
En el cielo, que empezaba a hacerse apenas rosado, flotaba una gran cruz oblonga a cuyo alrededor volaban varios cuervos silenciosos como siniestro rebaño de ataúdes alados .
Hoy he encontrado por casualidad unos
libros del gran poeta surrealista, Pedro García Cabrera, Corría el
año 1928 cuando el poeta canario escribía: esta racha de viento
que a mi llega/ acaso fuera silbo/ en las gráciles jarcias de una
nave./ o sonrisa plegándose en el ojo/ acuoso y abierto de un
estanque. / o corcel embriagado de una nube./ o carne melodiosa de un
oboe./ quién sabe, quién sabe y fue un suspiro,/que ha venido
rodando por el aire.
Buscaba entre mis cosas algún
objeto que poder vender para poder terminar el mes teniendo algo que
echarme a la boca en la nevera, me pregunto cómo seria estar
presente en Canarias en aquellos años cuando germinaba el movimiento
surrealista, y André Bretón, fundador del movimiento, hablaba del
surrealismo como un automatismo puro que permitía la verdadera
expresión de la mente humana, lo importante era que la razón no
contaminara para nada la creación.
No puedo evitar establecer
paralelismo entre esa época y la actual, ahora igualmente cualquier
sueño, surrealista o no, ya sea en el mundo de las artes o en el de la
ciencias se ha visto frustrado por el golpe de estado financiero que
han dado los amos del mundo, quienes se han quitado la careta y
hemos podido ver su verdadero rostro detrás del disfraz "democrático"
con el que nos han estado engatusando y estafando hasta ahora.
Siempre te sobras a tu sed, si
llegas/ a tus finales cercos de rompientes,/ de tu abombado pecho se
desdoblan/ manantiales que corren con tu imagen./Y nunca te limitas
ni te bastas.
Pedro García Cabrea con una
sensibilidad exquisita y premonitoria ya por el año 1928 era capaz
de intuir el inmenso dolor y la sacudida brutal que la barbarie iba a
traer a estas tierras dolidas siempre de caciques y de injusticias y
a las que el movimiento surrealista resarcía de algún modo, era
como si al albur de nuestros riscos y frente a la mar y solo ahí,
se pudieran gestar genios como el propio García Cabrera , Agustín
Espinosa, Oscar Domínguez, Emeterio Gutiérrez Albelo, Domingo
Pérez Minik, o Domingo López Torres, más tarde aglutinados
todos ellos en la revista Gaceta del Arte fundada por el critico
Eduardo Westherdal, sin la cual no hubiera sido posible que en 1935
el mundo entero miraba para Tenerife. Ese año El Ateneo de Santa
Cruz acoge una muestra cultural donde participaron Picasso, Dalí,
Arp, Óscar Domínguez, De Chirico, Magritte, Tanguy y Max Ernst.
Esta muestra fue denominada como la segunda exposición surrealista
mundial.
La Gaceta del Arte defendía las
vanguardias arquitectónicas y artísticas europeas hasta el verano
de 1936 cuando tuvo que desaparecer por culpa del golpe de estado
franquista.
Hay paralelismos tan evidentes que
dan escalofríos.
¿Me amordazan?/ ¿me ensordecen,
me ciegan? /¿me abandonan,tullido/ de brazos y piernas? /¿...y esta
ansiedad de cuña,/que yo quería aquí/y allá y en todos
sitios.../acaso-ya-, resuelta/en un humo doliente, en una
franca/disolución, en el desgaire/de esta corbata tan mal puesta?/
Decía Emeterio Gutiérrez Albelo
por los años 30, sobrecoge la viveza y la actualidad de la estampa,
la corbata como símbolo de una burguesía irremisiblemente condenada
a desaparecer .
Me voy , arrastro mi cuerpo de un
lugar a otro, juntando circunstancias haciéndolas encajar como
matrioskas rusas pero, en el fondo, mi pensamiento se ha quedado
suspendido en el último instante que fuimos dignos , un momento
antes de esta ignominia , la dignidad se fue y me ha dejado
suspendida en este lapsus de tiempo, estas cosas no pueden durar
eternamente, en algún momento pasamos a las comprobaciones y le
pides explicaciones a tu cabeza y le exiges que compruebe y es así
como buscas, indagas y de ahí llegas a la conclusión de que esta
falsa democracia que nos han vendido no merecía tanto miramiento,
ni era una historia tan especial, todo había sido una mala jugada
de nuestra imaginación colectiva, nos fabricaron un cuento a medida
y nos lo creímos, bajamos los brazos, nos acomodamos y dejamos que
otros se ocuparan por nosotros de las cosas importantes mientras
nosotros perseguíamos gamusinos llevados a nuestras casas montados
en rayos infrarrojos.
Juana Santana
Aunque sea verdad que bajamos los brazos y nos perdimos persiguiendo a los gamuzinos y a los snorkels va siendo hora de que volvamos a levantarlos nuevamente y si, acompañando al gesto, apetece, cerrando el puño en lo alto
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