«Lo
que sería realmente excitante es ver las Cataratas de Niágara
fluyendo en dirección contraria»
Oscar Wilde
Este agosto insensato está completamente loco, no puedo
con esta tristeza que llevo masticando desde primeros de julio, el
asesinato indiscriminado de niños de cero años hasta la pubertad,
de sus madres , sus abuelas, sus abuelos y de varones y hembras
jóvenes o maduros que por que sean más aptos para empuñar una
metralleta no son menos inocentes. Es el asesinato con absoluta
impunidad de la totalidad de la población civil de Gaza, exterminada
por el Estado terrorista de Israel con la complicidad de el gran
adalid de la democracia y los DDHH mundiales Estados Unidos de
Norteamérica, pero todo esto no seria posible sin el silencio
culpable de los cínicos , que son los que medran a la sombra de
estos dos Estados, los más terroristas del Universo, alimentados
de toda esa sangre inocente vertida, son los mismos que acusan y
señalan con su dedo podrido a cualquier pueblo que tenga el descaro
de no someterse a su tiranía, no les tiembla el pulso a la hora de
expoliar sus recursos naturales y si se niegan y le cierran el grifo
a sus empresas transnacionales, bloquean y castigan a cualquier
pueblo soberano que, con sus mismas reglas de juego, haya optado por
votar otra cosa que no sean las marionetas que ellos patrocinan.
Los gobiernos, que no los pueblos de estos países,
entre los que se incluye España, son igual de asesinos que Israel
por mucho que se llenen la boca pidiendo el cese del fuego, cada niño
muerto lleva los nombres de sus asesinos impreso en el punto justo
que mirarlo nos lacera de dolor, hay que aguantar la mirada y leerlos
todos, por mucho que duela las imágenes de niños decapitados,
desmembrados y de madres abrazándoles rotas de dolor, hay que
aguantar leer y memorizar para que la próxima vez que vuelvan a
matar nos encuentren frente a ellos, con el fusil de la palabra, de
la imagen con el fusil del pensamiento, sin menospreciar el fusil del
voto o cualquier otro fusil, pero siempre enfrentados a esta
barbarie.
Esos que han gobernado hasta ahora, son los niños
corrompidos por la crueldad y el dinero y que siempre supieron
navegar entre tinieblas, son los que mandan pero ven peligrar su
poder y van a morir matando.
Estos asesinos me han robado la sonrisa y la esperanza
este agosto infernal, voy por las calles como un alma en pena
rumiando sentencias y ahogándome con mis propias lágrimas, será
verdad que la vida siempre se abre paso pese a la fuerza bruta de los
que tienen las bombas y abren fuego contra los ciudadanos, que en el
caso de Gaza, no disponen ni de territorio ni de refugios donde huir,
será verdad que quienes justifican este holocausto han sido paridos
y amamantados por una madre hembra, como yo o como la mía, y no por
una hiena alienígena. Será verdad que cuando despertemos de esta
pesadilla habremos aprendido que solo los psicópatas carecen de
empatía y que si nos sorprendemos mirando con ojos de acero las
fosas comunes de los niños de gaza, asesinados por Israel, y
descargando la culpa en cualquiera menos en quién disparó y en
quién dio la orden de disparar, en ese caso y solo en ese caso,
tendremos un solo gesto para redimirnos de tanta maldad, y es que por
el bien de la especie y en un último acto de responsabilidad nos
pongamos una pistola dentro de la boca y apretemos el gatillo,
librando al mundo de una alimaña y dando una oportunidad al planeta
azul de no ahogarse en su propia mierda, es imposible lo se, pero
hasta Hannibal Lecter puede tener un día malo.