«Lo
que sería realmente excitante es ver las Cataratas de Niágara
fluyendo en dirección contraria»
Oscar Wilde

Los gobiernos, que no los pueblos de estos países,
entre los que se incluye España, son igual de asesinos que Israel
por mucho que se llenen la boca pidiendo el cese del fuego, cada niño
muerto lleva los nombres de sus asesinos impreso en el punto justo
que mirarlo nos lacera de dolor, hay que aguantar la mirada y leerlos
todos, por mucho que duela las imágenes de niños decapitados,
desmembrados y de madres abrazándoles rotas de dolor, hay que
aguantar leer y memorizar para que la próxima vez que vuelvan a
matar nos encuentren frente a ellos, con el fusil de la palabra, de
la imagen con el fusil del pensamiento, sin menospreciar el fusil del
voto o cualquier otro fusil, pero siempre enfrentados a esta
barbarie.

Estos asesinos me han robado la sonrisa y la esperanza
este agosto infernal, voy por las calles como un alma en pena
rumiando sentencias y ahogándome con mis propias lágrimas, será
verdad que la vida siempre se abre paso pese a la fuerza bruta de los
que tienen las bombas y abren fuego contra los ciudadanos, que en el
caso de Gaza, no disponen ni de territorio ni de refugios donde huir,
será verdad que quienes justifican este holocausto han sido paridos
y amamantados por una madre hembra, como yo o como la mía, y no por
una hiena alienígena. Será verdad que cuando despertemos de esta
pesadilla habremos aprendido que solo los psicópatas carecen de
empatía y que si nos sorprendemos mirando con ojos de acero las
fosas comunes de los niños de gaza, asesinados por Israel, y
descargando la culpa en cualquiera menos en quién disparó y en
quién dio la orden de disparar, en ese caso y solo en ese caso,
tendremos un solo gesto para redimirnos de tanta maldad, y es que por
el bien de la especie y en un último acto de responsabilidad nos
pongamos una pistola dentro de la boca y apretemos el gatillo,
librando al mundo de una alimaña y dando una oportunidad al planeta
azul de no ahogarse en su propia mierda, es imposible lo se, pero
hasta Hannibal Lecter puede tener un día malo.